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TW: abuso infantil,maltrato, prostitución, drogas(solo se menciona esta última). - Los agotadores ojos de aquella mujer se hacían ver desde el comedor, sentada en una de las sillas se hallaba aquella mujer, su rostro era adornado por grandes ojeras por su gran falta de sueño por quedarse derramando lágrimas por un hombre, ese mismo hombre que ella tanto amo con su alma, ese mismo hombre con el que había creado una familia y su lugar feliz, ese mismo hombre que la había abandonado e intercambiado por su secretaria.
Dejándola devastada y con un niño de 5 años el cual cuidar.
Sin querer hacer su trabajo de madre y seguir adelante como una mujer que sin importar que, hace lo que tiene que hacer por sus hijos sin rendirse.
Lamentablemente ella no era así... Con el corazón pudriéndose poco a poco, decide entrar en el mundo de la prostitución y las drogas, alcohol y mucho más, todo eso por un simple hombre que no la amo como había dicho años atrás.
De vez en cuando traía uno que otro hombre a casa, todos diferentes al anterior, uno peor que el otro y todo lo hacía con la intención de olvidarse de su ex amorío que arruinó su vida por completo en un simple abrir y cerra de ojos.
Su hijo, que ahora con nueve años abarcaba una vida dura y difícil, en cada cumpleaños debía pasárselo solo puesto que su madre no estaba en casa la gran parte del tiempo, obligándo al chico a aprender a hacer varias cosas que para un niño de su edad era inusual, a los once años de edad ya sabía cocinar, lavar, limpiar, etc. Era triste que un niño de esa edad no había tenido una niñez digna como otros niños, como haber tenido juguetes o haber jugado algo, pues la mayoría de cosas que hacía era trabajo que tendría que hacer su madre. Como el alimentarlo, cuidarlo, amarlo..
Dios no siempre es generoso con todo el mundo...
. Era un día como todos los demás, un pequeño niño azabache de ojos diferentes por su heterocromia andaba empezando su rutina diaria de limpieza y cocina, su madre regresaba tarde por la noche, no había demasiada comida ni dinero en casa por lo que solía improvisar y si llegaba a extremos se ponía a pedir dinero en las calles, si.. Así de triste es su vida. Como aclaramos, el niño que por cierto se llamaba Miguel, hacia su trabajo de rutina, como todos los malditos días en aquel lugar que se hacia llamar "hogar".
