14-Susurros en la cabaña

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-¿Sabes, Kaia? -Ryan rompió el silencio. Eres como este lago. Profunda, misteriosa, y peligrosa para quienes no saben nadar.

-Y tú, Ryan -repliqué-, eres como la luna. Frío, distante, pero siempre observando.

Se acercó a mí, sus manos apenas rozando las mías.

-A veces, la luna y el lago se encuentran en la noche más oscura -susurró.

-¿Quieres nadar?-Lo miré, mis ojos llenos de desafío.¿Tienes miedo, Ryan?.

-Solo si tú lo tienes, Black Swan.

Mos desvestimos lentamente ,dejando nuestro cuerpo con la ropa necesaria para la ocasión, cada movimiento cargado de una tensión eléctrica. Entramos al agua, el frío nos envolvía, intensificando nuestra atracción. Nos manteníamos cerca, pero nunca demasiado, como dos depredadores midiendo al otro.

-¿Por qué siempre juegas a este juego, Kaia? -preguntó, su voz apenas un murmullo en la noche.

-Porque es el único juego que conozco -respondí, mi voz tan fría como el agua que nos rodeaba.

Nos acercamos aún más, nuestras respiraciones mezclándose, pero sin romper la barrera de hielo que nos rodeaba. En esa proximidad, sentí su fuerza, su peligro, y también, su fragilidad oculta.

-Quizás algún día-dijo, acariciando mi rostro, -dejemos de jugar.

-Quizás -respondí, aunque ambos sabíamos que ese día nunca llegaría.

La noche avanzó, y aunque nos mantuvimos cerca, nunca cruzamos esa línea invisible. La atracción entre nosotros era innegable, pero también lo era la distancia que nos separaba, una distancia hecha de secretos y mentiras.
Luego de salir del lago, el aire frío de la noche nos envolvió, pero ninguno de los dos se apresuró a vestirse completamente. La atracción era demasiado fuerte, demasiado palpable para ignorarla. Nos miramos, con la respiración entrecortada, el deseo y la duda brillando en nuestros ojos.

Ryan se acercó, sus dedos trazando un camino por mi espalda mojada, enviando escalofríos por todo mi cuerpo. Su toque era suave, pero había una intensidad subyacente que hacía que mi piel ardiera.

-Kaia -susurró, su aliento cálido contra mi cuello-, esta noche no tiene por qué terminar aquí.

No respondí de inmediato, dejando que sus palabras flotaran en el aire. La tentación era irresistible. Sin decir una palabra, tomé su mano y lo guié hacia una pequeña cabaña cercana, una de esas construcciones abandonadas que se encuentran en las orillas del lago.La puerta se cerró detrás de nosotros con un leve crujido, y la oscuridad nos envolvió. Solo la luz de la luna que entraba por las ventanas rotas iluminaba tenuemente el espacio. Nos quedamos allí, mirándonos, el ambiente cargado de una electricidad que solo aumentaba la tensión entre nosotros.

Ryan me empujó suavemente contra la pared, su cuerpo pegado al mío. Pude sentir su fuerza, su necesidad, y respondí con la misma intensidad. Nuestros labios se encontraron en un beso feroz, una batalla de voluntades y deseos. Sus manos recorrieron mi cuerpo con una urgencia que reflejaba la nuestra.

De repente, en medio de la intensidad, un pensamiento cruzó mi mente. Un susurro, apenas audible, escapó de mis labios.

-Ryan, no podemos hacer esto-Él se detuvo de inmediato, apartando su rostro del mío, la respiración aún agitada.

-¿Qué pasa, Kaia? -preguntó con una mezcla de confusión y preocupación.

Bajé la mirada, sintiendo el peso de la realidad caer sobre nosotros.

-No quiero que esto se convierta en algo que ambos lamentemos.

Ryan se quedó en silencio por un momento, su mirada fija en la mía. Finalmente, asintió lentamente, entendiendo la gravedad de mis palabras.

Alma Oscura [Sombras Del Pasado I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora