11-Cautivos en la noche

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Caminábamos en silencio, la emoción del teatro aún resonando entre ambos. Las calles estaban desiertas y el aire nocturno tenía una frescura que ayudaba a despejar la mente.

-¿Alguna vez has pensado en el destino?-pregunté, rompiendo el silencio con un tema que siempre me había intrigado-¿Si todo está predestinado o si realmente tenemos control sobre nuestras vidas?-

Él me miró, considerando mi pregunta con seriedad.

-Creo que hay una mezcla de ambas cosas-respondió-Algunas cosas están destinadas a suceder, pero también creo que tenemos el poder de tomar decisiones que pueden cambiar nuestro camino-

Asentí, reflexionando sobre sus palabras.

-Es interesante cómo cada pequeña decisión puede tener un impacto tan grande en nuestras vidas-dije-Como esta noche, por ejemplo. ¿Quién sabe qué hubiera pasado si no hubiéramos venido al teatro?-

-Cada momento tiene su importancia, y creo que es eso lo que hace la vida tan impredecible y fascinante-

Seguimos caminando, profundizando en nuestra conversación sobre la vida, el destino y las decisiones. Sin embargo, algo en el aire cambió. Sentí una inquietud, un instinto que me decía que algo no estaba bien.

De repente, varios autos aparecieron de la nada, rodeándonos. Las luces de los faros eran cegadoras, y un grupo de hombres con capuchas negras salió de los vehículos. La tensión en el aire era palpable.

-¡Cuidado!-gritó él, pero antes de que pudiéramos reaccionar, los hombres se abalanzaron sobre nosotros deteniendo la moto-

Intentamos luchar, pero eran demasiados. Sentí un golpe en la cabeza y mi visión se nubló. Todo se volvió confuso, los sonidos se mezclaban en un eco distante. Pude ver cómo lo golpeaban también, sus esfuerzos por defendernos fueron en vano.

En cuestión de segundos, nos esposaron y nos arrojaron dentro de una de las camionetas. La oscuridad nos envolvió, y el sonido del motor rugió mientras el vehículo aceleraba. El olor a gasolina y cuero viejo impregnaba el aire, mezclado con el miedo que latía en nuestros corazones.

-¿Estás bien? -logré susurrar, mi voz temblando por el dolor -

-Lo estaré-respondió él, su voz firme aunque se notaba el dolor en su tono-No sé quiénes son, pero saldremos de esta-

Intenté encontrar consuelo en sus palabras, pero la incertidumbre y el miedo eran abrumadores. Nos miramos a través de la oscuridad, nuestros ojos comunicando una promesa silenciosa: lo enfrentaríamos juntos, sin importar lo que viniera.

El viaje en la camioneta se sintió interminable, cada bache en la carretera enviando oleadas de dolor a través de mi cuerpo. Podía escuchar los murmullos de nuestros captores, pero sus palabras eran indistinguibles. Intenté mantener la calma, recordando que debía permanecer fuerte.

Finalmente, el vehículo se detuvo. Nos sacaron a la fuerza, la luz de la luna iluminando un paisaje desconocido. Estábamos en algún lugar remoto, rodeados de árboles altos y sombras ominosas. El aire estaba cargado de humedad y el sonido de los grillos llenaba la noche.

Nos empujaron hacia una cabaña antigua y destartalada. Dentro, el ambiente era sofocante y el olor a moho y madera podrida era abrumador. Nos arrojaron a una habitación vacía y cerraron la puerta de golpe, dejándonos en la oscuridad una vez más.

-¿Estás bien? -preguntó él, su voz suave y preocupada-

-Creo que sí-respondí, tratando de mantener la calma-¿Y tú?-

-Sí, solo un poco golpeado-respondió-Tenemos que encontrar una manera de salir de aquí-

Nos sentamos en el suelo, nuestras manos todavía atadas. Él se inclinó hacia mí, sus ojos buscando los míos en la penumbra.

Alma Oscura [Sombras Del Pasado I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora