Prólogo

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A medida que el sol comenzaba a caer sobre la escuela, una chica llamada Megan se acercaba a la puerta principal con un nerviosismo palpable. Había estado esperando este momento durante semanas, y por fin había llegado el día de hacer pruebas para entrar al equipo de basquetbol de la escuela. Se había levantado temprano para llegar a tiempo, pero un problema con el cambio de horario había hecho que perdiera la cuenta de las horas. Cuando llegó a la escuela, se dio cuenta de que era demasiado pronto. Mientras miraba alrededor, vio a varios chicos y chicas correteando en la cancha, entrenando y jugando. Decidió esperar en el banco de fuera hasta que comenzaran las pruebas.

Mientras esperaba, Megan notó una discusión creciente entre un chico y el entrenador. El chico parecía enfadado y estaba gritando algo sobre "esto no es justo". El entrenador estaba tratando de mantener la calma, pero el chico no parecía querer escuchar. Megan se acercó un poco más para escuchar mejor lo que estaban diciendo.

De repente, el chico vio a Megan y se dio cuenta de su presencia. Se giró hacia ella con un gesto brusco y le dijo: "¿Qué estás haciendo aquí? ¿No sabes que esta es la hora del entrenamiento? ¡Eres una maldita niña metida!" Luego, sin pensarlo dos veces, se acercó hacia ella y le dio un empujón para apartarla.

Megan se sorprendió y se sintió ofendida por el comportamiento del chico. No esperaba encontrar tal hostilidad en un lugar donde debería sentirse emocionada y motivada para hacer sus mejores esfuerzos. Se quedó allí parada, sin saber qué hacer, mientras el chico se alejaba rápidamente hacia la cancha de juego. Ella se preguntó si estaba lista para enfrentar los desafíos que le esperaban en este nuevo lugar.

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