Seo tiró bruscamente el papel al suelo. Cómo un niño pequeño no conforme con lo que le dieron.
Nuevamente sus miradas estaban clavadas entre sí. Pero ahora cada una con su propia seriedad. El lugar era puro silencio, nadie quería hablar, solo les bastaba con mirarse durante varios minutos.
-Dime de una vez que hago aquí, me imaginó que tengo por lo menos el derecho de saberlo- dijo interrumpiendo el silencio.
-¿Tu padre no te ha hablado de mí?, sí que es un completo cobarde- respondió con tranquilidad, pero sin dejar a gustó a su contrario.
-Eres un completo imbécil- decía Seo con pesadez -Los temas de mi padre no tienen nada que ver conmigo, él ni siquiera me habla, así que mucho menos sería de sus temas privados-
-Te explicaré absolutamente todo, pero con que vea que habrás tu boca con alguien no saldrás de acá con vida, ¿Entiendes?-
-Si...-
Jeongin rodó los ojos con incomodidad. Y se sentó en la silla que estaba a su par.
-Siéntate, porque lo que te voy a contar es una larga historia-
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Ambos ya estaban sentados en la mesa. Esperando a que alguien iniciará la conversación.
Lo único que se oía era el fuerte viento que estaba haciendo. Y ninguno de ellos se atrevía a empezar aún el tema.
Los minutos se hicieron largos, y nadie quería hablar, hasta que la conversación inicio.
-Tu padre es un mafioso, por sí no lo sabías- habló con preocupación por la reacción de su contrario. Pero en absoluto, fue la más tranquila del mundo.
-Pues acertastes, no lo sabía, pero no me sorprende que lo sea- dijo Seo mientras tomaba un vaso de agua -Ya lo suponía desde antes-
-Entonces no creo que lo demás te sorprenda- respondió Jeongin mientras jugueteaba con uno de sus celulares -Sabes, a veces me agrada tu actitud y tu forma de pensar las cosas-
-¿Y a mí qué carajo me importa si te agradó o no?- preguntó de forma burlona. Para luego soltar una risita y dar otro sorbo de agua.
I.N rodó sus ojos con fastidio, y dejó el celular en la mesa.
-Te enojas por cualquier cosa, y si no es eso andas jodiendo la vida- susurró I.N con flojera -Me tendré que ir acostumbrando a todo lo que venga contigo-
Seo agarró nuevamente el vaso con agua y siguió bebiendo con normalidad. Sus ojos se centraron en su contrario, el cuál parecía estar pensando en lo que iba a decir próximamente, pero simplemente las palabras le demoraban en salir, hasta que habló.
-Sus intenciones eran vender a uno o a todos sus hijos, para así poder pagarme una deuda que me tiene desde hace 2 años, pero mis métodos para que me paguen son distintos...-
