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"Mírala como camina

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"Mírala como camina."

Habían pasado días desde la última vez que Alice conectó su vida con la hermosa Luciana. Alice vivía confundida por lo que había visto, ¿Que era? ¿Y porqué era tan perfecta? ¿Que era lo que tenía el que ella no?

Alice deseaba quitarse de golpe la obsesión que había generado, con las preguntas que bailaban en su mente una y otra vez, estaba cansada, y por ello mismo empezó a ir todos los días, noche tras noche, al mismo bar donde había visto a Luciana, sin embargo no había tenido suerte de volver a verla, empezaba a preocuparse de no volver a verla nunca más, de no saber más y de no tener... ¿Tener que? Alice no tenía ningún tipo de relación con aquella persona, solo era una mujer más que había caído en aquellos encantos.

Que tales sinrazones experimentaba Alice.

Y por ello mismo insistió, aquel día decidida a preguntar se aventuro en un mar de personas para llegar al indicado, para preguntar por ¿Diva? ¿Cómo era que se llamaba?.

Alice respiraba nerviosa, ¿Cómo preguntaría por alguien que nisiquiera recuerda como se llama? Y para peor o colmo, ya había solicitado hablar con el dueño del bar y ahora solo hacia falta hacer el ridículo. En su tiempo de espera divagaba, y pensaba en lo complicado que había sido ocultar a su esposo las salidas que tenía toda la noche, salía temprano, corría lo más rápido a casa (si estaba en ensayó), hacia algo para comer,recibía a su esposo del trabajo, la obligaba a intentar tener un hijo y supuestamente descansaba. Pero en la noche era la hora perfecta para salir de casa e ir en busca de la dama que vio aquella noche. Vaya que había generado perfectamente aquella obsesión, ¡Alice! Tan competitiva, no perdería la oportunidad de conocer y hacer preguntas a una persona como la que había visto esa noche.

Recordaba lo que su esposo le había dicho esa mañana:

"No tienes por qué seguir cantando Alice, no lo haces bien y tampoco lo haces bien siendo mi esposa, podrías enfocarte en una sola cosa y yo te doy la de ser mi esposa, no sigas con el canto. No seas terca, sabes que no me gusta,piénsalo Alice."

Y quizás el tenía razón, o eso era lo que Alice constantemente pensaba, ¿Y si dejaba el canto y se dedicaba a la vida que le había tocado? Pensar en eso la hacía pensar que era una tonta, que no era lo que se supone, ¿Cómo se aprendía a ser una dama? Para Alice era imposible, imposible que la quisieran de verdad, imposible que no la amen más allá de lo pasajero, que la cambiarán como moneda de cambio, como lo hicieron sus propios padres.

Ella buscaba valor en su vida, y por ello investigaria y aprendería, tal vez de esa forma la verían al menos como una persona, ya nisiquiera le importaba otra cosa, deseaba ser igual de importante que los demás, aunque bien lo ocultara.

—. ¿Señorita, usted pregunta por mi?.— Resonó una voz gruesa y de tono cansado, sonaba a la idea que Alice tenía de el dueño de un establecimiento como este.

¡Hey Diva! [ AppleRadio Fem ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora