¡Hey Diva! [ AppleRadio Fem ]

01

Sin mirar mis ojos.
Mis palabras silenciaron.

Luciana, mujer de carne y hueso, o al menos eso siempre había creído que lo era, toda su vida, nunca se había visto a sí mismo como un "varón" admiraba el color rosa de las niñas, soñaba entre castillos, princesas y vestidos estar, siempre admiraba a las mujeres guapas, de pelo arreglado, vestidos decorados y maquillaje que ocultara todo eso que le desagradaba de sí mismo.

Pero de todo eso, se había quedado en simplemente ser "gay" que quizás únicamente esos pensamientos que él tenía eran los que una persona homosexual tenía, que esas ideas de vestirse, arreglarse y anhelar lucir como una mujer era normal.

Años después Luciana había logrado encontrar algo de su agrado, "DRAG" sin duda el drag era una especie de arte que no todo mundo dominaba, Luciana había descubierto que ese estilo de arte solo pocas personas se atrevían a ello, que los artistas en este mundo eran quienes más arriesgaban a la hora de explorar y darse a conocer en el mundo.

Pero Luciana era más, era una exploradora nata, en el drag ella no había visto simple arte, había visto un hogar, una familia, un apoyo y sin duda una pasión que hacía falta en su vida. Con tan solo pensarlo sus ojos azules como el mar resplandecían, eran como olas que iban y venían, rugía de emoción al imaginarse sobre un escenario, su corazón latía, latía como si corriera un maratón, su cuerpo se sentía calientito de emoción y su sonrisa, oh su maravillosa sonrisa, alcanzaba a iluminar el lugar más oscuro.

Siempre había deseado encontrar algo o donde pertenecer, nunca se había sentido similar a los demás y en el drag lo había encontrado. Llevaba mucho tiempo caminado sin un camino hasta que conoció aquel mundo.

Sin embargo, en el mundo hay mucho más y en ella también había mucho más.

Alice tan grande, con voz poderosa, de cuerpo promedio y nada interesante en su camino, obligada a muchas cosas y nunca feliz con lo que tenía o hacía, en su vida no existía mucho, en su vida todo era lo mismo nada era bueno.

No era ni de aquí, ni de allá, era de todos lados y de ninguno a la vez, nunca suficiente, pero tampoco insuficiente, con hambre de devorar el mundo, pero sus posibilidades nunca se lo otorgaron.