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No hay nadie que te pueda dar lo que te di Me vas a recordar

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No hay nadie que te pueda dar lo que te di
Me vas a recordar.

—. Ahg, muevete perra, me da asco entrar aquí.—

Está vez era Angel hablando, mejor amigo de Luciana y de muchos corazones más, un chico adorable y hermoso.

Era como un hermano para Luciana. Uno pequeño que molestaba constantemente, pero de alguna forma llenaba de vida a Luciana.

—. Angel, podrías simplemente darte la vuelta y no interrumpir en mi departamento.—

—. Que ofensa Luciana, sueles llamarme de otra forma, ¿Que culpa tengo yo? Solo quiero sacarte de...—

Angel observo la habitación con precaución, tenía miedo que en cualquier momento se derrumbara la torre de ropa que estaba amantonada en una esquina, que un tacón cayera de alguna de las repisas y le arrancara un ojo. Y con eso en mente el pequeño Angel dejo de observar el lugar, el pequeño cuarto repleto de Luciana, rosa, el rosa era el color de Luciana.

—. Tu hoyo de depresión. ¿Debería revisar si es que sigues respirando?.—

Se acercó hasta Luciana y se sentó en la cama.

—. ¿Eh? ¿Cómo? ¿Escucho algo?...—

Luciana abrió los ojos y observo como Angel movía sus manos de oído a oído, fingiendo que estaba escuchando algún sonido, pero aparte del sonido que el estómago de Luciana hambrienta transmitía, no había otro más en esa pequeña habitación.

—. Oh si, es un corazón roto y...— Angel dejo de fingir que buscaba un sonido y observo a Luciana. —. Chica, por dios, te ves mal.— está vez la mano de Angel se dirigió a su boca de la sorpresa, ocultando la "O" que había formado en sus labios.

Inmediatamente hizo mala cara, Luciana hizo lo mismo.

—. Anggie... Por favor, ¿Que demonios haces?.—

—. Luci, te ves terrible y dios mío, pareces a esos de los que odio.—

—.¡Anggie! Todo, todo menos eso, yo nunca sería un hombre como aquellos con los que vas y restriegas tu culo.—

—. Oh no, claro que no, pero estoy seguro de que lloras por uno de esos.—

Luciana giro los ojos y se acomodo para sentarse y observar mejor a Angel, era más alto que ella, incluso tenia un rostro de los más hermosos que Luciana había visto. Aunque en la noche anterior había visto a una buena rival para ello.

Angel saco un cigarro y lo encendió, dió una calada antes de pasárselo a Luciana, está lo tomo e hizo lo mismo que Angel, ahora compartían un cigarro como muchas otras veces.

—. Sabes que no puedo evitarlo... Realmente lo amo, te juro que intenté un sinfín de veces no caer nuevamente en el, pero no hace falta el día en el que me habla bonito y caigo rápidamente en sus encantos.—

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⏰ Última actualización: Aug 09 ⏰

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