sieben

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Sana es fanática de la atención

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Sana es fanática de la atención. Le gusta atraer a la gente, le gusta que estén pendientes de ella. Simplemente tener ojos encima era lo que más le gustaba.

Por eso estaba ¿celosa? Ugh, ella no entendía ese sentimiento tan extraño. Solo sabe que salió con Tzuyu al centro, querían pasear y mirar vidrieras. Algo que a Mina no le gustaba mucho pero Sana se veía tan contenta preguntando si esa prenda le quedaba bien o debería llevarse otra. Tzuyu haría lo que Sana le pidiera si la hacía sonreír tan bonito.

Pero volviendo al tema, Sana sigue sin saber porqué sentía aquello después de ver a unas seguidoras de Tzuyu en la calle. Dos chicas lindas (bueno, no tanto si le preguntan a Sana) se acercaron para una foto, Tzuyu aceptó sonriente y posó para la cámara del teléfono de la que era rubia. Claro, la mayor estaba contenta de que la reconocieran. Lo que no le había gustado es que ellas estaban siendo demasiado cariñosas, demasiado cercanas y dejándola a un lado. No soltaban su brazo y batían las pestañas de forma tan absurda que Sana se las quiso arrancar.

Tzuyu se despidió de ellas igual de alegre, sin darse cuenta de la mala cara que Sana tenía.

── ¿Seguimos? ── preguntó la taiwanesa volviendo a su lado. ── ¿Sana?

Por supuesto que algo raro sucedía con ella, al mirarla un poco más su expresión de desagrado se hacía más notable. Tzuyu se rascó la nuca sin entender.

── ¿Qué sucede?

Sana soltó un bufido sin querer, mas estaba más enojada consigo que con Tzuyu. Ella no tenía la culpa de ser tan linda, adorable, amable, carismática... un momento. La japonesa agitó su cabeza y siguió su camino hacia el área de comida del Centro Comercial.

Tzuyu la siguió a pasos apresurados. Estaba demasiado confundida. Dejó un pequeño espacio entre ambas sin querer acercarse demasiado, temía haber cometido un error o algo que no le haya agradado a Sana.

Incluso al sentarse con ella en la pequeña mesa de un puesto de comida china seguía haciendo movimientos lentos y trataba de no mirarla.

Tzuyu no quería joderla con Sana, a ella de verdad le agradaba mucho. Era una muy buena compañía.

── Lo siento. ── terminó por decir después de un rato.

Sana parpadeó. ── ¿Qué sientes?

── No sé, te ves molesta.

Claro, debía de pensar eso. La mayor se quiso abofetear. No le dirigía la palabra por el simple hecho de que trataba de luchar con su mente y lo tonta que estaba siendo. No quería hacer sentir a Tzuyu de aquella forma.

── No, no. No sientas nada, no estoy molesta contigo.

── ¿Entonces?

Sana se mordió el labio. No quería explicarle, no quería hacerla sentir incómoda por algo tan tonto.

── No es nada.

── En caso de que haga algo mal sólo dímelo, Sana. ── comenzó a jugar con sus manos con la vista en ellas. ── No tengo problema en que me lo digas.

Tan pequeña y totalmente besable. Sana quería darle un abrazo y protegerla. Mierda.

── ¿Por qué harías algo mal?

── Porque soy yo. ── contestó como si fuera obvio. ── La gente no se me acerca.

── Oh, esas dos si que se acercaron bastante. ── su comentario sarcástico salió sin pensar. Después de decir eso abrió los ojos y miró a Tzuyu, quien ahora tenía arrugas en la frente y la miraba directamente.

── ¿Qué quieres decir?

Valentía. Vamos, un poco de eso ahora.

── Estaba molesta porque... bueno, ellas se te acercaron demasiado. Eran tan descaradas al tocarte y hablarte de cerca. ── al estar sentadas demasiado juntas, aprovechó para poner su rostro a centímetros de ella y le habló al oído. ── Solo yo puedo hacer eso cuando dormimos juntas.

 ── Solo yo puedo hacer eso cuando dormimos juntas

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gamer ; satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora