Dos ¿Destinados?

El dolor de Ma petite pomme

- Demonio de la radio. Deberías ir con él. Su corazón sufre. Puedo verlo y se que se siente solo. Eres el único que puede ayudarlo a abrir de nuevo sus sentimientos, Lilith le hizo muchas cosas terribles para un ángel. – Alastor miro a la pelirroja, luego a Adam y se fue entre sombras.

- ¿y yo que? Si se supone que Alastor fue creado en un principio para Lucifer. ¿entonces yo? ¿seguiré solo? – la pelirroja lo miró, enternecida y uso su luz angelical, uno de sus poderes para darle calidez y consuelo al primer hombre.

- Adam. Alastor fue creado para ser el destino de Lucifer, Tienes razón y yo lo dije, pero también se que Dios hace planes perfectos. Lo que dije fue por el juicio de Lucifer. Pero un castigo así no se da nada más así. ¿Cuál fue el error por el que nunca fuiste castigado Adam? Si me lo dices sabre... y podemos buscar una solución.

- Yo... - Adam miro al suelo.

- Tomate tu tiempo querido. Se que estas abrumado. Mientras tanto llamare a una amiga, ella sabe mas que yo en el tema de los Lazos destinados. Descansa, en cuanto estes listo dímelo. – toco la mejilla de Adam y purifico sus pensamientos, es mejor pensar con la cabeza despejada. Después salió de la habitación.

Alastor llego al pasillo que dividía las castas, podía aparecer a las puertas del cuarto de Lucifer, pero tenia el presentimiento de que no se encontraba ahí. Respiro profundo y logro encontrar el delicioso aroma característico de su omega; estaba en su cuarto.

Con cautela entro en el cuarto y noto que le faltaba ropa en su armario abierto; camino por el pantano, guiado por el olor de su dulce omega. Lo encontró sobre su ropa en un nido improvisado a la orilla del pantano con las sobresalientes raices de los arboles como trinchera, del tamaño perfecto para que un omega pequeño como el rey pudiera refugiarse, pero el agua y los animales podian ser un problema si ese fuera el lugar elegido de su rey para colocar su nido para el celo o para mantener a sus cachorros. Lucifer lucia hermoso, con luciérnagas alrededor iluminando su semblante decaído. El ángel más hermoso de Dios sin duda, pero la tristeza de su ángel no era algo que le cause placer. Decidió cortar el silencio, si estaba en su habitación quería decir que no quería estar solo y por el infierno que hará que su destinado sienta su compañía.

- Es un lugar curioso para hacer un nido, Mon Amour. Aunque es hermoso, no creo que sea una buena ubicación. – Lucifer no esperaba que Alastor se diera cuenta de que eso era un nido. Solo se sintió muy ofuscado por todo lo que revelo que tuvo la necesidad de tomar la ropa de su alfa y acomodarla para sentarse sobre ella y sentirse protegido.

- Bueno... ¡yo nunca antes había hecho un Nido! ¿de acuerdo? – La cruda sinceridad de Lucifer causo sorpresa genuina en Alastor. ¿Nunca? Como si leyera su mente antes de que pudiera preguntar, el rey continuo. – Mi primer celo llego años después de la caída, Paimon me dijo que tenia que hacer, pero cuando intente usar ropa de Lilith, pasaron dos cosas, Lilith no tiene aroma, no uno que me ayudara con el celo y bueno... cuando descubrió que saque su ropa se enfadó... - Lucifer se acurruco mas en el nido. Y Alastor sintió su corazón palpitar con dolor. Mas aun cuando Lucifer lo miro con ojos aterrados. – Tome tu ropa ¡lo siento! Yo no lo pensé, solo... ¡no te enfades!

- No estoy enfadado, Ma Petite pomme. – liberó sus feromonas, claro que no estaba enfadado con Lucifer, ¿Cómo podría estarlo? Pero si estaba molesto por lo que le revelo, ¿a eso se refería el ángel de la purificación? – Disculpa si me entrometo, pero tengo curiosidad ¿Qué hacías entonces los celos que vinieron después? – vio a su pequeño rey tomar sus manos con nerviosismo y temblar, eso le dio la alerta. Se arrodillo cerca del nido, pero no entro. Si su omega no conocía lo que significaba ser uno sin limitaciones, entonces él le enseñaría, una de esas cosas era...