╰─➛ ᶜʰᵃᵖᵗᵉʳ o3

16 3 5
                                    


— Narrador Omnisciente


Denaith comenzó a insultar y a decir verdades que Dariel claramente no aceptaba. De la nada, la supuesta "charla" se convirtió en una discusión y los gritos con fuertes insultos empezaron a hacerse presentes.

Bill podía ver desde la ventana que daba a la puerta a Denaith y Dariel. Le dolía profundamente ver cómo su mejor amiga de toda la vida sufría por un hombre que no valía la pena. Él le había dicho un millón de veces que terminara la relación, pero ella se negaba rotundamente, ya que su familia era muy estricta con ella y, además, Dariel conocía un secreto bastante comprometedor que amenazaba con vender a la prensa si ella decidía romper con él.

La discusión comenzó a subir de tono y Bill se dio cuenta de que la voz de Denaith se apagó repentinamente. Dirigió la mirada hacia la ventana y pudo ver a Denaith con una mano en su cuello, ahorcándola. Impulsivamente, se levantó de su sitio y, con una rapidez inhumana, se acercó a la puerta y la abrió de golpe. Dariel no tuvo tiempo para reaccionar, porque unos segundos después de que Bill entrara, fue recibido por un fuerte puñetazo en la mejilla.

Al mismo tiempo, Denaith comenzó a toser con fuerza y, segundos después, empezó a recuperar el aire. Cuando por fin pudo calmarse, vio cómo Bill estaba encima de su pareja, dándole repetidos puñetazos.

A la mierda su sesión de fotos.

Rápidamente, se deslizó hasta el suelo e intentó detener a Bill, quien ni siquiera se inmutó y seguía golpeando sin piedad a Dariel.

Denaith, con ambas manos, le tomó la cara y la dirigió hacia ella para poder mirarle a los ojos.

—Bill, para ya, por favor —suplicó entre sollozos.

Bill, como si de un robot que seguía órdenes se tratase, dejó de golpear a Dariel. Enseguida se levantó, mientras Denaith ayudaba a su pareja a incorporarse.

Después de unos minutos, la chica se encontraba curando las pequeñas heridas de Dariel. Lo odiaba, sí, pero no podía dejar que se fuera así. Por mucho que lo detestara, ella no era una persona ignorante y carente de empatía.

Cuando terminó, lo miró fijamente. No tenía la cara tan destrozada, ya que pudo detener a tiempo a Bill. Después de unos segundos, recordó que él le había comentado que tenía una sesión de fotos mañana.

—Se fue a la mierda tu sesión de fotos.

—Es en una semana, quería sorprenderte mañana —comentó Dariel.

—Una lástima. No puedes salir así a la calle. Sabes que está infestado de paparazzis —dijo ella sin una pizca de sentimiento de por medio.

Se levantó y comenzó a guardar las cosas y a tirar los algodones que había utilizado.

—Ya vuelvo, no te muevas de aquí.

Denaith, sin dejar que su pareja le respondiera, se fue dejándolo solo para ver si Bill estaba bien. Él tenía algunos golpes en la cara, pero nada comparado con los que le había dejado a Dariel.

Tras unos minutos, finalmente, el par de bailarines que se habían ido a comprar comida llegó riendo por la puerta del estudio. Ellie se detuvo en seco al ver la escena.

—¿Qué demonios ha pasado aquí? —preguntó Ellie al ver los rostros de Bill y Dariel.

—Vocabulario, Ellie —Denaith se giró hacia ella y la miró—. No ha pasado nada, ¿verdad, chicos? —preguntó con cierto tono.

[...]

Había pasado exactamente una hora y Dariel ya se estaba marchando. —Por fin —, así que Denaith se levantó para despedirlo, ya que no quería que sus amigos sospecharan de su relación. Sabían que él y Bill no se llevaban bien, por eso no preguntaron nada sobre la evidente pelea que había habido entre ellos, pero lo que no sabían era la razón por la cual se odiaban tanto.

Melodías Y Sombras; Janice Grissetti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora