El cielo rosa era admirado por varias personas en ese momento, incluyendo al joven cordobés que se encontraba en camino hacia su cafetería favorita del momento. Esa tarde se encontraba ansioso, nervioso o hasta mareado, sentía demasiadas emociones juntas, sentía demasiado para su gusto.
Iba tan metido en sus pensamientos que ni siquiera notó que ya se encontraba en la puerta del lugar, soltó un suspiro pesado para luego entrar, sintiendo un cálido ambiente, mientras cerraba la puerta detrás suyo comenzó a buscar con la mirada a cierto chico que se suponía que lo estaba esperando allí dentro, y sin darse cuenta ya se encontraba haciendo contacto visual con el mayor. Con los nervios a flor de piel se acercó a la mesa donde lo esperaba.
- Ya era hora de que llegues.- Se burló Iván una vez que el menor se sentó frente suyo.
- Bue, primera vez que llegas temprano.- Apoyó sus codos sobre la mesa.- ¿Ya pediste algo?- Preguntó al no ver los menús.
- Si, una lágrima con un tostado para vos y yo un café negro con medialunas.- Respondió como si nada.
- Me conoces tan bien, Dioos.- Habló alargando la última vocal.
- Es que tenes gustos muy simples.- El santafesino no le estaba tomando tanta importancia a la charla.
- ¿Estás diciendo que sos simple?- Ahora el menor era el que se burlaba en voz baja.
Lo único que llegó a hacer el azabache fue soltar una suave risa, realmente no esperaba ese tipo de comentario por parte de Mateo, no iba a aceptar que logró ponerlo nervioso, no era una opción, pero la sonrisa curiosa del contrario lo impulsaba a soltar un comentario algo arriesgado. Para la suerte del más alto llegó el mesero con el pedido de ambos jóvenes, salvandolo de un momento algo humillante.
[. . .]
- JAJAJAJA Te juroo.- La risa de ambos chicos resaltaba entre los demás sonidos del lugar y ninguno de los dos lo notaba, simplemente disfrutaban del momento.
El menor tomó en manos la taza que contenía su café, ahora frío, se había olvidado por completo sobre la existencia de su bebida, su atención solo estaba fijada en el contrario, en sus comentarios sin sentido, en su risa, en sus ojos, simplemente toda su atención estaba fijada en Iván.
- Se me enfrió el café, la puta madre.- Se quejó el mayor.
- ¿Vamos?-
- ¿A dónde?- Preguntó con una sonrisa confundida.
- ¿A donde queres ir?-
Iván se quedó en silencio unos largos segundos, observaba al contrario atentamente, dudaba demasiado sobre su propia propuesta, sentía que se volvía muy vergonzoso, incluso tímido, cuando estaba cerca del cordobés.
- Tranqui, Ivo.-
La mano contraria sobre la suya le generaba un calor inexplicable en el pecho, inconscientemente entrelazo sus dedos con el menor, haciendo más firme el agarre.
- Podemos stremear juntos y si se hace muy tarde te podes quedar a dormir.- Conectó su mirada con el azabache.- Si vos queres, obvio.-
- Si sabes que me encanta pasar tiempo con vos, no la dudes tanto.- Dijo Mateo sin más, generándole mil cosas nuevas.
Sin duda ese chico lo hacía sentir demasiadas cosas en muy poco tiempo, cosas que le daban miedo no poder entender del todo.
El santafesino deshizo del agarre al ver personas pasar cerca de su mesa, escondió ambas manos en el bolsillo del buzo que llevaba puesto mientras bajaba la mirada nervioso.
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¡ʟɪɴᴅᴏ! [Spreen×M.Oc]
AcakDonde Iván conoce a Mateo y empieza a dudar de su sexualidad gracias a las bromas de este. ¿Spreen aceptara que siente cosas por un chico? ¿El mismo chico se dejara querer? Ambos saben que no va a ser un camino fácil. ┏━━━━━━━━━━━━┓ -.Este fanfic no...