XXI

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Al día siguiente, Lan Xichen, aún lleno de determinación y cuidado, se levantó temprano para preparar agua tibia con el propósito de ayudar a Jiang Cheng a bañarse y aliviar su cansancio. Con delicadeza, llevó el recipiente al han-shi, donde Jiang Cheng descansaba aún agotado pero relajado después de la intensa noche.

Mientras Lan Xichen ayudaba a Jiang Cheng a levantarse y meterse en el baño, la puerta del han-shi se abrió de golpe. Wei Wuxian, el hermano jurado de Jiang Cheng, entró con un aire de preocupación y curiosidad. Al ver a su hermano en el estado en que se encontraba, no pudo evitar soltar una broma.

"¡Ah, miren esto! Jiang Cheng parece un cervatillo recién nacido," comentó Wei Wuxian con una sonrisa irónica. "Espero que no te hayas olvidado de cómo caminar después de todo esto."

Antes de que Jiang Cheng pudiera responder o Lan Xichen tuviera la oportunidad de intervenir, Lan Zhan apareció detrás de Wei Wuxian. Con una mirada seria pero comprensiva, se acercó y tomó a su esposo de los hombros.

"Wei Wuxian, acompáñame afuera," dijo Lan Zhan en un tono firme pero gentil. "Debemos dejar a Jiang Cheng y Lan Xichen en paz por un momento."

Wei Wuxian, aún riendo suavemente, siguió a Lan Zhan fuera del cuarto, dejando a Jiang Cheng y Lan Xichen solos. Lan Zhan miró a su hermano con una expresión de aprobación y respeto.

"Me alegra ver que ambos están de vuelta juntos," dijo Lan Zhan con sinceridad. "Parece que han encontrado una forma de sanar y seguir adelante. Felicitaciones."

Lan Xichen asintió, agradecido por el apoyo y la comprensión de su hermano. Miró a Jiang Cheng, aún en el baño, y le ofreció una sonrisa llena de amor. "Gracias, . Estoy tratando de hacer todo lo posible para enmendar mis errores y construir un futuro mejor para nosotros , para mi omega ."

Con un último gesto de apoyo y una sonrisa para Jiang Cheng, Lan Zhan y Wei Wuxian se retiraron , pero antes Wei wuxia grita diciendo " adios bambi", dejando a la pareja continuar con su tiempo de recuperación y conexión. Mientras tanto, Lan Xichen se reia del comentario de su cuñado  se aseguró de que Jiang Cheng estuviera cómodo y bien cuidado, su amor y devoción por su omega brillando en cada pequeño gesto.

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Pasaron varias semanas en las que
Jiang Cheng y Lan Xichen vivieron en armonía, reconstruyendo su relación día a día. La tranquilidad y la felicidad parecían haberse asentado en su hogar, y tanto ellos como sus hijos disfrutaban de la renovada paz familiar.

Sin embargo, una tarde, mientras Jiang Cheng paseaba por el jardín, un inesperado y oscuro giro de los acontecimientos tuvo lugar. Jin Guangyao, el ex amante de Lan Xichen, apareció a escondidas, moviéndose con sigilo entre las sombras.

Aprovechando un momento en el que Jiang Cheng estaba solo, Jin Guangyao lo abordó rápidamente. Antes de que Jiang Cheng pudiera gritar o defenderse, Jin Guangyao lo inmovilizó, tapándole la boca con un paño empapado en cloroformo. La última visión de Jiang Cheng antes de perder el conocimiento fue la sonrisa maliciosa de Jin Guangyao.

Cuando Lan Xichen se dio cuenta de la ausencia de Jiang Cheng, el pánico se apoderó de él. Corrió por toda la casa y el jardín, llamando a su nombre, pero no obtuvo respuesta. La angustia creció dentro de él mientras se daba cuenta de que algo terrible había sucedido.

Desesperado, Lan Xichen ordenó a sus guardias y a su familia que comenzaran una búsqueda inmediata. Su mente estaba en caos, temiendo lo peor mientras su corazón latía frenéticamente. Sabía que debía mantener la calma por sus hijos, pero el miedo por la seguridad de Jiang Cheng lo consumía.

Entretanto, en un lugar oscuro y desconocido, Jiang Cheng comenzó a recuperar la conciencia. Atado y amordazado, se dio cuenta de la gravedad de su situación. La figura de Jin Guangyao se alzaba sobre él, con una expresión de satisfacción perversa.

"¿Pensaste que podrías vivir felizmente para siempre?" se burló Jin Guangyao. "Lan Xichen nunca será completamente tuyo. Y ahora, tú serás mío."

Jiang Cheng, a pesar del miedo, sintió una oleada de determinación. No iba a permitir que Jin Guangyao destruyera lo que había construido con Lan Xichen. Aunque estaba atrapado, su espíritu no se doblegaría tan fácilmente.

En ese mismo instante, Lan Xichen, guiado por una mezcla de amor y desesperación, prometió a sí mismo que encontraría a Jiang Cheng, sin importar lo que costara. Con su alfa interior rugiendo con fuerza y determinación, Lan Xichen se preparó para enfrentar cualquier obstáculo para traer de vuelta a su omega y proteger a su familia.

CONTINUARA

MI VIDA ERES TU Y NADIE MAS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora