XIX

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Al escuchar la firme defensa de Lan Xichen, los padres de Jiang Cheng se quedaron en silencio, observando cómo su hijo era protegido por su esposo, su alfa. La sorpresa y el desconcierto se reflejaban en sus rostros, sin saber cómo reaccionar ante la situación.

De pronto, los hijos de Jiang Cheng entraron en la habitación, sus ojos llenos de preocupación y amor por su padre. Lan Xichen se acercó a ellos con una expresión amable y resoluta.

"Llévense a su padre," les dijo suavemente. "Lo necesitan para calmarse y descansar. Yo me encargaré de hablar con los líderes del clan."

Los niños, con los ojos aún brillando de lágrimas, asintieron y rodearon a su padre con cuidado. Jiang Cheng, aunque todavía conmocionado por los eventos, sintió una oleada de calidez al ver a sus hijos preocupados por él.

Antes de que se fueran, Lan Xichen se inclinó hacia Jiang Cheng y le dio un beso en el lugar donde había marcado anteriormente, en la nuca. El gesto fue lleno de ternura y protección, y el contacto hizo que Jiang Cheng se sonrojara, sintiendo una mezcla de vergüenza y afecto.

"Cuida de ti mismo y descansa," le dijo Lan Xichen en un susurro. "Volveré pronto."

Jiang Cheng asintió, sus mejillas todavía sonrojadas mientras era guiado por sus hijos hacia la salida. A medida que las puertas se cerraban detrás de ellos, la atmósfera en la sala se volvió más tensa, y el enfoque pasó a las conversaciones que se avecinaban entre Lan Xichen y los líderes del clan.

Lan Xichen, con una postura erguida y una mirada decidida, se volvió hacia los líderes del clan y sus suegros, preparándose para la discusión que definiría el futuro de su familia y del clan. La determinación en sus ojos reflejaba su compromiso de proteger a su familia y enfrentar cualquier desafío que se presentara.


Mientras Jiang Cheng era llevado por sus hijos, aún aturdido por los recientes acontecimientos, apareció de repente Lan Qiren. Con una expresión de preocupación y urgencia, se acercó a ellos.

"Jiang Cheng," dijo Lan Qiren en un tono bajo y urgente, "hay una oportunidad para ti. Mi sobrino menor, Lan Wangji, ha encontrado un lugar seguro donde podrías ir con tus hijos, lejos de tu alfa y de la presión del clan."

Jiang Cheng se detuvo por un momento, sorprendido por la inesperada oferta de ayuda. Sus ojos se abrieron con asombro y una chispa de esperanza. "¿Lan Wangji? ¿De verdad? ¿Dónde es este lugar?"

Lan Qiren asintió, su mirada reflejando seriedad y determinación. "Es un refugio seguro que él ha asegurado para ti. No es muy conocido, así que es un buen lugar para esconderse y estar a salvo mientras te recuperas y decides tu próximo paso."

Jiang Cheng miró a Lan Qiren con gratitud y asombro. "No esperaba que me ofrecieran ayuda, especialmente de tu parte."

Lan Qiren dio un leve suspiro, su expresión suavizándose. "Mi sobrino ha visto lo que ha pasado y está dispuesto a ayudarte. A pesar de las diferencias y las tensiones, no queremos que te pongas en peligro. Este es un acto de solidaridad familiar."

Jiang Cheng asintió lentamente, sintiendo un alivio y una mezcla de emociones. "Gracias, Lan Qiren. Aprecio profundamente la ayuda. Mis hijos y yo necesitamos un lugar seguro para estar."

Lan Qiren asintió y sacó un pequeño papel con la dirección del refugio. "Aquí está la información del lugar. Debes ir allí cuanto antes para evitar ser detectado."

Con el papel en la mano, Jiang Cheng lo guardó con cuidado y miró a sus hijos, que estaban expectantes. "Vamos, necesitamos prepararnos para irnos."

Mientras se dirigían hacia la salida, Jiang Cheng se volvió hacia Lan Qiren. "Gracias de nuevo. No sé cómo podría haber manejado esto sin tu ayuda."

Lan Qiren asintió con una sonrisa ligera. "Cuida de ti y de tus hijos. Asegúrate de que estén a salvo."

Con un último vistazo a Lan Qiren, Jiang Cheng se alejó con sus hijos, sintiendo una renovada esperanza y determinación mientras se dirigían al lugar seguro ofrecido por Lan Wangji.


Después de una larga y tensa conversación con los padres de Jiang Cheng, Lan Xichen finalmente logró que aceptaran que su hijo se quedara con él. Sin embargo, al despedirse de ellos y regresar a la habitación, Lan Xichen se dio cuenta con horror de que Jiang Cheng y sus hijos habían desaparecido. La ausencia de su omega y sus hijos lo golpeó con fuerza, y una oleada de culpa y desesperación lo abrumó.

Lan Xichen cayó de rodillas, su respiración volviéndose irregular mientras las lágrimas comenzaban a rodar por sus mejillas. Se sentía como un fracaso absoluto, un mal alfa que no había sido capaz de proteger y cuidar a su familia. Los recuerdos de sus errores, incluyendo haber engañado a Jiang Cheng con otra persona, lo atormentaban, aumentando su dolor y desesperación.

La hiperventilación lo hizo temblar, y apenas podía mantenerse en pie cuando, de repente, la puerta se abrió y apareció Jiang Cheng, seguido de sus hijos. Jiang Cheng, al ver el estado de Lan Xichen, sintió una punzada de dolor en su corazón. Sin dudarlo, corrió hacia él.

"Xichen," susurró Jiang Cheng con voz suave, envolviendo sus brazos alrededor de su esposo, "estoy aquí. Tranquilízate."

Al sentir el contacto de Jiang Cheng, Lan Xichen comenzó a calmarse. Las feromonas calmantes de su omega llenaron el aire, envolviéndolo en una sensación de seguridad y consuelo. Lan Xichen se aferró a Jiang Cheng, sollozando contra su hombro mientras su respiración se estabilizaba poco a poco.

"No me dejes," murmuró Lan Xichen entre lágrimas. "Por favor, no me dejes."
Mientras lo abrazama mas " perdoname  no quise hacerte daño , fui un tonto un idiota perdoname .... Per...perdoname".

Jiang Cheng acarició suavemente el cabello de Lan Xichen, susurrando palabras de consuelo. "No te dejaré, Xichen. Estoy aquí contigo."

Los hijos de Jiang Cheng, al ver a su padre abrazando a Lan Xichen, se acercaron también, rodeando a sus padres con sus pequeños brazos. La escena se llenó de una cálida sensación de unidad y apoyo familiar.

Lan Xichen, aún abrazado por Jiang Cheng y rodeado por sus hijos, sintió cómo el peso de su culpa y desesperación comenzaba a aliviarse. "Gracias," susurró, su voz aún temblorosa pero llena de gratitud. "Gracias por no abandonarme."

Jiang Cheng asintió, besando suavemente la frente de Lan Xichen.

Con el apoyo de su omega y sus hijos, Lan Xichen encontró la fuerza para levantarse y enfrentar el futuro, decidido a ser el alfa que su familia merecía, un alfa que protegería y amaría a su omega y a sus hijos con todo su corazón.

MI VIDA ERES TU Y NADIE MAS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora