Índice

448 76 8
                                    

Un demonio es una palabra con mucho significado, si bien se le otorga a las malas personas oa los mounstros "ficticios" cuyo destino es el infierno

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un demonio es una palabra con mucho significado, si bien se le otorga a las malas personas oa los mounstros "ficticios" cuyo destino es el infierno.

Cuando se utiliza de sinónimo para alguien aveces está mal usado, alguien que nace diferente no es un demonio aunque se le trate como uno. Cuando no sabes que es un demonio realmente pero sabes que es malo atribuyes está horrible característica a un pobre ser inocente que no tiene culpa de estar condicionado o ser diferente, por ejemplo malformaciones.

Es muy fácil criar a alguien para ser un demonio, tanto como arrebatarle la infancia a un niño, ponerlo en culto como un dios y hacerle creer que por nacer con ojos exóticos es un Dios.

Realmente el tuvo relativa suerte, ¿Imagínate nacer tan feo que te llamen demonio y no Dios? Menos mal que nació y se crío como un dios y después se hizo demonio, si hubiera sido un orden diferente se habría sentido realmente mal.

- Los demonios no existen, realmente... Si existieran los demonios Dios nos habría abandonado en el infierno sin ser pecadores y eso no es justo -murmuro la inocente sirvienta, ___, que recientemente se vio obligada a trabajar.

Cuando una familia es creyente y necesita dinero, no encontraron nada mejor que un culto que necesitaba sirvientes mujeres. El trabajo ideal para que su adorable hija gane dinero y además pueda conocer a algún hombre creyente, quién sabe.

No había mejor idea.

- Pues yo si creo en los demonios, una vez conocí a un cazador de demonios -respondió su actual y nueva amiga, otra sirvienta.

- Tonterías, mi madre siempre me dijo que crea en Dios no en demonios. Eso es de pecadores que temen pagar por sus crímenes -murmuro negando con la cabeza, centrándose más en limpiar para distraerse de malos pensamientos y no desviarse de lo que habría aprendido.

Aunque esa curiosidad seguía ahí, la duda, la necesidad de saber si es real o no. Alguna prueba que lo confirme.

- El señor Douma quiere que alguna sirvienta vaya, llevarle algo de comer tendrá hambre -bostezo aburrido un hombre viejo entrando. Miro a las dos y señaló a ___,- ve tu -.

Pestañeo varias veces en confusión, procesando que la había elegido a ella.

Venga ya, ni siquiera sabe que es lo que el come, ni lo que le gusta. Se suponía que su trabajo es limpiar, no servir comida.

Suspiró a regañadientes y fue a la cocina, suspirando al ver que había una bandeja.

- Que raro, apenas hay comida solo... Unas servilletas ¿Se manchara mucho? Mejor no opino -susurro perdida en sus propios pensamientos agarrando la bandeja.

Camino por los pasillos intentando recordar a donde tenía que ir y por fin llegó, abrió la puerta con dificultad y pasó.

Trago saliva quedándose sin aire, pues si que era verdad que tenía ojos hipnóticos.

Se sintió pequeña, débil, vulnerable ante su presencia pero no sé detuvo. Dejo la bandeja delante del misterioso Douma, que se abanicaba lentamente mirándola con curiosidad.

- Que... Contradictorio, siéntate -indico con su dedo, señalando un cojín en el suelo al lado de él.

- ¿La comida de la bandeja está mal? No sé qué puede ser contradictorio -hablo apenada sentándose con timidez y nervios. No quería que le quitarán el trabajo que necesitaba con tanta urgencia para la aprobación de sus padres.

El rubio río dejando ver sus impecables dientes blancos cerrando ligeramente sus magníficos ojos. Si parecía la presencia de un Dios de esa manera.

- No, no, tú eres contradictoria. Normalmente vienen mujeres bonitas que se comportan de manera atractiva ¿Sabes? Tú eres como un aire fresco golpeando mi rostro. No te confundas, no digo que no seas bonita, eres un tipo de belleza diferente -intento explicar entre risas,- me alegro de ver que las sirvientas no son tan monótonas -mintió descarnadamente, en realidad ella se suponía que era comida.

¿Pero por qué no la comía? No lo entendía, no entendía nada de nada, ella hacía que la punta de sus fríos dedos tuvieran un cosquilleo. Un deseo de tocarla, tocarla sin romperla, solo acariciarla de manera casual.

Se inclinó ligeramente hacia ella y acarició sus labios con delicadeza.

- Me causas un conflicto señorita -espeto burlón. Sabía que eso la asustaría creyendo que puede perder el trabajo.

- Lo siento señor Douma -se disculpó avergonzada, eso sonaba más negativo que positivo y apenas llevas cinco minutos con el ante su presencia. No lograba comprender que podría estar haciendo tan mal.

El "hombre" hizo una mueca cerrando el abanico de golpe, dejándolo en el suelo para sostener el rostro de la joven con ambas manos.

Sus largas uñas pinchaban de forma inofensiva sus mejillas, pero no lograba sentir esa euforia, ese placer, esa necesidad de clavarlas con fuerza hasta que grite en dolor disfrutando el color de su sangre.

De hecho, le gustó, ese tacto le gustó mucho. Abrió la ojos confundido borrando su sonrisa de inmediato.

- ¿Señor Douma hice algo mal? Perdóneme enserio, mis más sinceras disculpas -hablo con miedo al ver que no había ninguna reacción, insegura de que a lo mejor no sea lo que él esperaba.

Al ver que el silencio siguió, miro directamente a sus ojos buscando una respuesta. Empezaba a sentir las mejillas congeladas por su frío tacto, era demasiado incómodo.

- Sus ojos son bonitos pero se ven tan solitarios, vacíos -susurro de forma distraída, que torpe. Pensó en voz alta sin darse cuenta.

Empezó a temblar de miedo tapándose la boca de golpe al notar que el claramente la había oído porque susurró en vez de pensar para si misma. Tonta, tonta, no podía ser más tonta.

No supo si sentirse ofendido, levantó una ceja ladeando ligeramente la cabeza ante la concesión de la humana.

- ¿Vacíos? Explícate, si no, te castigaré -le dijo fingiendo este ofendido para ver su reacción. Ella era tan expresiva y sensible que era fascinante.

Nunca había visto un mortal con tantas emociones en tan poco tiempo, fascinación, confusión, miedo, vergüenza, timidez ¡Y podría seguir enumerando!

Que magnífico ser tenía ante sus manos, para el solo.

- P-pues... Yo -intento calmar la nervios, buscando una respuesta coherente. No quería que la castiguen apenas verlo, la dejaría ver cómo una mala sirvienta ante todos.

De momento la dejaría vivir, para experimentar un poco.

De momento la dejaría vivir, para experimentar un poco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Douma - Paradójico [Yandere]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora