Mentirle a la mentira

61 6 1
                                    

-Sonríe -dijo persona triste a persona feliz-. tu sonrisa me salva.

Tal vez no era cierto, tal vez esa persona sólo quería que la otra no sufriera más, que nunca apagase su chispa.

Tal vez sólo trataba de que ya no hiciera el ridículo.

O quizás estaba tan molesto de escucharla llorar que sólo usó las primeras palabras que se le vinieron a la cabeza, para poder callarlo.

Pero sin embargo, te puedo asegurar, que persona feliz no se convirtió en persona triste.

Hay una pequeña posibilidad, muy pequeña, que persona feliz haya sonreído para que persona triste no se sintiera aún más triste.

En esta historia esa pequeña posibilidad es muy grande en realidad.

-Sonríe -dijo persona triste a persona feliz- tu sonrisa me salva.

Persona triste sólo trataba de hacer sentir mejor a persona feliz, sólo trataba de no arrastrarla al infierno en donde ella vive, sin saber que, a pesar de las mentiras felices, persona feliz, ya estaba haciendo la cola para estar a la derecha del diablo mismo.

Pero, sin embargo, persona feliz sonrió.

Mostró todos sus dientes, pensando que, al mentirle a la mentira, de verdad salvaría a persona triste.

La verdad es necesaria, pero la mentira salva.

Así es cuando quieres a alguien, siempre tratando de salvarlo, sin saber que, no se puede salvar a alguien que no quiere ser salvado.

Abre tus ojos, mira hacia míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora