Abre tus ojos, mira hacia mí

Con mucho odio y amor,

He aprendido que los amores, pueden llegar por sorpresa o terminar en una noche. Que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos, y que por el contrario, un completo desconocido puede volverse alguien inseparable. Que el "nunca más" nunca se cumple, y que el "para siempre" siempre termina. Que el que quiere, lo puede, lo sigue, lo logra y lo consigue. Que el que no arriesga no pierde nada, y el que no arriesga no gana. Que si quieres ver a una persona, búscala, mañana será tarde. Que el sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional. Y sobre todo, he aprendido que en esta vida, nada es para siempre.

Soy yo, la que puedo, la que me dejan, la que se estrella, la que se aleja.

Deja de temerme, no soy una bomba, pero puedo explotar.

Y estoy tan cerca de hacerlo que ni yo misma sé de donde saco tanta fuerza. Todo lo que necesitaba se fue, me dejó sola. Como siempre.

Siento que una y mil veces, nada es lo que parece. Mienten, no me entienden, no les importa o no me quieren.

Es tan difícil que me comprendan, soy una rara mezcla de estrellas y te prometo que iré a por ti, pero ya temo que es demasiado tarde.

Tal vez ni lo entiendas. Nunca fuiste tú y nunca lo serás, siempre fui yo.

La que jugaba. La que observaba. La que callaba. La que siempre estaba allí para todos, pero nadie estaba para ella. La que nunca te dio la espalda, a pesar de que quería tanto, para que luego la buscaras.

Y me hicieras sentir como tanto querías, pero ya es demasiado tarde.

Demasiado tarde para dejar de pensar en ti y, de verdad, ponerte a pensar en mí.

Demasiado tarde para dejar de mirar hacia ti y ponerte, de verdad, a mirar hacia mí.

Simplemente, ya es demasiado tarde, ya no quiero más esto.

Y sí, estoy bien. Bien hundida. Bien decepcionada. Bien vacía. Bien harta. Bien rota. Bien fracasada. Bien inestable. Bien triste. Definitivamente estoy bien.

De nada por los consejos, las risas y las sonrisas, por las visiones y deseos, de nada por estar allí para ti y hacer todo lo posible para que te sintieras bien.

Y, claro, gracias por las risas y sonrisas, por las conversaciones y deseos, gracias por estar allí aunque no hicieras nada para notarme de verdad.

Gracias por destruirme hasta matarme.

Con mucho odio y amor,

Yo.