Capítulo 1.

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Terraquea Waist.

¿No les ha pasado que el despertador suena y te preguntas... "¿Porqué tengo que despertar?"...? Yo me hago esa pregunta todos los días y ninguno de esos días he conseguido respuestas. Hoy no es la excepción.

El chillido escandaloso del —Todos los adjetivos de odio— despertador, repite su sonido haciendo que recuerde que debo hacer algo con él. Apagarlo. Sí, eso sería una buena solución.

Ruedo sobre mi cuerpo enrollando más la sábana en mi torso y también llevándome una almohada de rehén. Cuando me acerco a la orilla de la cama donde se encuentra la mesa que sostiene el artefactos lanzo mi brazo para apagarlo.

Por supuesto, torpeza es algo y ese algo es mi estilo de vida, así que mi brazo aterriza en la mesa y no en el despertador, el cual cae por el golpe cercano (y no acertado, por desgracia), y mi mano recibe una pequeña descarga de dolor tras impactar con la orilla de madera de la mesa.

Y el despertador, sigue sonando.

Resoplo y me arrastro un poco más para deslizarme unos centímetros por el borde de la cama y así alcanzar el motivo de mi dulce despertar (sí, es sarcasmo. Ya estoy de mal humor). Cuando al fin logro alcanzarlo, se desliza en mi mano y la sábana en la que me encontraba envuelta juega en mi contra.

Resultado: me caigo de boca al piso y le doy con mi cara al despertador, y este, no se apaga.

Después de asegurarme de que de mi cara no escurra ningún líquido color carmín, me levanto de un salto llevando conmigo el despertador. Abro la ventana por la cual ya se colaban algunos rayos del sol de la mañana y lanzo con ira el artefacto en mi mano, ¡Que aún sigue sonando!.

Este se estrella contra las baldosas de color grisáceas partes de un camino llena de ellas que guía hacia un pequeño jardín debajo de mi alcoba. Increíblemente, al estar en el suelo, el aparato sigue emitiendo un espantoso sonido salido de una propia película de terror.

Con mi paciencia ya agotada, mi sueño interrumpido por el dolor de cabeza que se intensificó luego del golpe, localizo el sitio exacto del despertador y lo destruyo haciendo crecer una raíz que atraviesa la base de su energía, haciendo así que —¡Al fin!— deje de sonar.

~~~

—¡Buenos días, princesa... ¿Princesa?— Doy vuelta sobre mi eje encontrado a una Nancy confundida.

Y su confusión es porque estoy levantada y eso, eso sí que es extraño.

—Buenos días Nancy, y sí, estoy despierta. Deja de mirarme así.

Una radiante sonrisa reaparece, deja la bandeja que traía en sus manos y se agacha para recoger el desastre de sábanas-almohada que dejé en el suelo

—¿Princesa, no se le olvida algo?.

<<La pregunta del año>>. Pregunta que jamás se responder y se lo hago saber con el mismo gesto de todos los días.

—Aparte de sus deberes reales— Responde al ver mi gesto —Le prometió a sus amigas salir a pasear y están afuera pidiendo entrar...

—¡Buenos días!— Nancy se ve interrumpida por Incybilit Linster que entra con entusiasmo a mi habitación lanzándose a la cama para fastidiar. Esa es mi explicación lógica. — ¡Vamos Terris!, prometiste levantarte temprano para hacer tus deberes y que fuéramos al árbol.

Ah sí, el árbol.

—Uno, no me digas Terris, detesto ese apodo— Su gesto cambia por uno de molestia y nunca me había importado, hoy tampoco —Dos, bájate de mi cama— jalo la sábana que tiene debajo y resopla como hace poco yo lo hacía —Tres, yo jamás hago promesas y menos una así si sé que no la voy a cumplir— Afirmo terminado de sacar la sábana que estaba debajo de su delgado cuerpo.

Grietas. Libro 1 (Trilogía Terrawowa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora