capitulo 2: pequeño principe

234 32 3
                                    

Heeseung arregló su ropa y miro a Sunghoon en la cama. Parecía estar dormido.

—¿Sunghoon?

—¿mhn?

—ya es tiempo de salir. No es tu evento, pero tu prometida si notará tu ausencia. Bueno, creo que todos.
—Rio para si mismo al ver como el principe se levantaba y se apresuraba a ir al baño.

Cuando Heeseung estaba arreglando su cabello con descuidó, vio a Su gente salir del baño y ponerse su fono traje con premura. A través del espejo vio como se detuvo, y de su boca salía un pesado suspiro.

—Te odio tanto. —Murmuro, pero Heeseung sabía que se dirigía a el.

—Eso no es cierto.

Sunghoon levanto su rostro y lo miro, sus cabellos se pegaban a su frente y tapaban sus ojos.

—Claro que lo es. Te odio. Odio como me haces sentir. Por tu culpa no puedo ser un alfa completo.

Heeseung no le prestó importancia a su reproche, en cambio, camino a el y sostuvo su mentón con fuerza.

—¿Sabes porque no eres un alfa completo? Porque nunca lo fuiste. El solo echo de que te presentarás como uno, no significa que seas uno. —SungHoon trago. —Si en tu primer celo no te hubieras mojado como un Omega por mis feromonas, te daría la razón cariño.

Los ojos de Sunghoon se aguaron.

Heeseung tenía 15 años para cuando conoció a Sunghoon. Aquel joven duque que había adquirido su título tan temprano tras la muerte de su padre, necesitaba comprometerse a pesar de tener tan solo 15 años. Lo cual para el no era impedimento, y para su madre tampoco.

Heeseung desde siempre fue un chico recto y rígido, tan elegante e imperturbable, hasta el punto de parecer que nada podía hacerlo enojar. Era alguien que nunca se le veía desaregaldo, ni mucho menos molestó, es más, era de dar suaves sonrisas de saludo o agradecimiento. Pero tras esa imagen de duque perfecto y soñado por toda dama, se escondía un monstruo incontrolable que deseaba que cada cosa siempre estuviera en su lugar, y si no era así, el lo haría por su cuenta.

Mientras se encontraba junto con su madre en el amplio vivero de su finca familiar, aquel lugar tan emblemático del reino debido a su diversidad de plantas y tan hermosas vistas que reflejaban los enormes cuadros de vidrio, era perfecto para que su hijo conociera a su futura pareja.

Heeseung no parecía interesado en el tema, pero tampoco preocupado o nervioso. Su indiferente indirecta era algo que solo su madre conocía y la mantenía molesta. Mientras sacudía su abanico de mano cerca de su cara, vio como su hijo sentado con las piernas cruzadas en el hermoso sillón de terciopelo e hilos finos, sostenía su cara con su puño derecho y leía el periódico en sus piernas.

Cualquiera que lo viera, sería como observar al duque en su diario vivir, no apunto de comprometerse.

—Heeseung.

—Dime.

—No seas descortés con tus invitados.

Heeseung alzó su rostro y sonrió de lado.

—¿Cuando lo e sido? Me preparaste perfectamente para no mostrar ninguna de mis emociones desde que tengo uso de razón. Solo tú sabes diferenciar las distintas arrugas de mi rostro cuando algo me disgusta, ¿cuál es tu preocupación?

Su madre no dijo nada más pero aún así lo vigilo de cerca.

Después de un par de minutos, el ambiente pacífico cambio a uno algo alegre.

La familia del ducado pudo observar como el que venía en su dirección no era nadie más que el rey.

Eso captó la atención de Heeseung.

¿Por qué el rey los vendría a visitar personalmente a ellos y no al revés?

La respuesta a su pregunta fue resuelta cuando sus ojos cayeron en la pequeña criatura en los brazos de la reina.

Su madre lo miro, expectante. Sabía ue a su hijo no le agradaría la idea, pero debido a insistencia del rey, era imposible decir que no.

El rey mismo había contactado con ella para ofrecerle en bandeja de plata una pareja a su hijo, la cual no siquiera se había presentado. Ella no estaba de acuerdo, porque si el pequeño principe no se convertía en un Omega, todos había sido en vano. Así que al principio se negó.

Pero el rey parecía muy seguro de que su hijo sería un Omega, así que si tuviera que dejar a alguien en el trono, no tenia la menor duda que el más indicado sería el joven duque Lee.

A la duquesa no le quedó de otra que aceptar, pero sabía que su hijo no estaría contento.

Cuando Heeseung miro a detalle a la pareja real, su cejas se fueron bajando cada vez mas profundo.
Pero antes de poder expresar algo erróneo tan solo con su cara, se relajo y dejo el periódico a un lado, levantándose para ofrecerle la mano al rey.

—Mi señor.

—Oh Lee, déjate de formalidades. Pronto seremos familia.

Heeseung tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para que su ojo no tuviera un tic.

Heeseung se volvió a sentar después de que la familia real también lo hiciera.

La duquesa podía sentir la pesada aura de Heeseung.

Después de una larga conversación en la cual ni siquiera tomaron en cuanta la opinión del joven duque, se decido que a partir de ese momento el niño que dormía en los brazos de su madre se quedaría en la finca del ducado hasta que Sunghoon se presentará y poder al fin preparar la boda.

Heeseung solo podía mirar a ese niño con un frío odio.

Cuando la pareja real se marcho, el pequeño principe ya estaba despierto, sentado en el sillón enfrente del joven duque, con algo de miedo. Aquel chico no lo había dejado de mirar desde que se despertó, y sus ojos le provocaban miedo.

—Heeseung, deja de mirar al niño de esa forma, es el principe heredero.

—Ja, el principe heredero. —Heeseung parecía al borde de delirar. — ¿No sabes que me acabas de comprometer a un niño que de seguro a pensas sabe ir al baño?

Su madre apretó los labios.

—Heeseung....

Heeseung tiro su cuello hacia atrás, una sonrisa irónica surcaba en su rostro mientras señalaba al niño de ojos aguados.

—Miralo, quiere llorar. ¡¿En qué me acabas de meter?!

Su madre lo ignoro y agarro al niño en brazos.

—Parece que es un chico malo, peor no es así cariño. ¿Si? no llores.

La mujer lo agitaba con dulzura en sus brazos y hasta que el niño parecía calmarse.

—La reina no estaba de acuerdo en dejarlo aquí sin ella, supongo que tendremos muchas visitas desde ahora.

Heeseung la miro, totalmente incrédulo.

Te Haré Mi Omega [HeeHoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora