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Perdidos en la pasión, la lujuria y por sus besos y las caricias se notaba el deseo. Introdujo dos dedos en mi.

—¡Ahhh! -jadee en su oído, él dibuja una leve sonrisa y sigue-

Me besa el cuello, labios y las tetas. Baja un poco el vestido para poder disfrutar de estás. Se nota lo excito que está, sus pupilas dilatadas y los jadeos que hace.

—Co-nor -respiro y sujeto la mano que tiene dentro de mi- ¡Dios! -hecho la cabeza para atrás-

—¡Oh mi bella dama! -exclama en tono ronco- mírame, mírame Leticia -ordena-

Al verlo aumento la velocidad del movimiento haciendo que mis gemidos sean cada vez más fuertes, los movimientos en mis caderas subían y bajaban. Él me estaba controlando.

—¡Conor! -gemi en su oído y me deje caer sobre él-

—¿Te cansaste? -sujeta mi rostro, negué en lo que recuperaba mi respiración y mi estabilidad mental también- te amo.

—Yo también Conor -sigo el beso y me separó un poco- ¿Te pone celoso que cualquier hombre se me acerque? -èl asintió- ¿Por qué?

—No confío en ellos, tú eres muy hermosa y hoy nos dimos cuenta de eso -me voltea y besa mi espalda-

—Hmmm -lo mire a través del espejo. Baja la mirada y se inclina un poco- ¡Oh Dios, Conor! -senti la penetración-

—Si tú lo disfrutas, yo también lo haré.

Mirándolo por el espejo, veo su mano en mi hombro y con la otra rodea mi cintura. Su mirada fija en mi, sus gemidos y los míos estaban casi en sincronía. Al momento de llegar al climax apretó mis caderas y mordió el lóbulo de mi oreja.

—Te ves tan hermosa así -dice él mientras me embiste- te sientes tan bien -sonrie malvadamente- te deseo y siempre lo haré.

Pongo las manos sobre el espejo para apoyarme, embestida tras embestida, iban aumentando la velocidad, la tensión y el sudor. Aprieto los dientes para que no escuchen de más, Conor se me acerca y me besa con delicadeza.

—¿Cuando quieres tener a nuestro bebé? -la pregunta me dejó sorprendida. Él me arreglaba el vestido y mi cabello- ¿Que pasa?

—Nada, solo que aun no puedo creer que estoy casada contigo.

—Todo es muy real y lo que acabamos de hacer también -baja su pantalón y mete la camisa. Mi mirada se fija en su miembro, en lo grande y grueso que se siente, involuntariamente mordi mi labio y él ve eso- ¿Que pasa?

—Tenemos que irnos -trago saliva y abro la puerta, me asomo para ver si no hay nadie y salir- vamos.

Camino delante de él con toda la seguridad del mundo, nadie tiene que saber que lo hicimos en el baño. Salimos al jardín y ya la mayoría de los invitados se habían ido, fuimos a dónde estaba Denisse.

Mierda tenemos que dar la noticia.

Me pongo de lado de ella y me mira.

—Lamento lo que paso en la subasta -dice ella dándome la mano- pero quiero decir que fue idea de Carla.

Carla se acerca y rie.

—Queria ver la cara de mi tío cuando se enoja -come de su helado- y lo logré pero también ayude a conseguir más dinero. Ahora te debe un almuerzo.

—Es cierto Conor -lo volteo a ver- ¿Cuando almorzamos? Ah no vaya a ser que tú esposa se entere -le susurro y beso su cuello-

Conor solo me sonrió y asintió. Voy con Abigail y Dominik, ya mañana se van y tengo que aprovechar lo que queda hasta que vuelvan por Charlotte.

—¿Ya le avisaste a Ben?

—No. Mañana lo hago -su tono de voz es tranquilo, Charlotte ya se había dormido- nosotros nos adelantamos a la casa.

—El chófer los espera -agrega Conor por detrás-

Mi hermana se va y me quedé ahí hasta que el jardín quede vacío, con la preocupación de tener que decirle a Carla que ya no verá más a su mamá me parte el alma. Mi relación con mi mamá no es la mejor del mundo, ella hizo muchas cosas que no me gustaron y aún así es mi mamá y si se llegará a morir lo lamentaria mucho.

Conor rodea mi cintura y se quedó ahí.

—¿Tenemos que decirles?

—Si.

—Voy a despedir a los invitados que quedan para irnos a la casa y hablar ahí, te parece? -él besa mi mano y asiente-


Llegamos a casa y entramos. Mis nervios me estaban matando, Conor fue a la cocina por agua y yo subí a la habitación para quitarme los tacones, al bajar está esperándome. Respiró profundo y camino.

—Suegra, Carla -ellas nos ven-

—Mamá te tengo que dar una mala noticia -Conor me ve y hace señas para que esté con Carla-

—¿Se van a divorciar?

—¿¡Que!? No mamá. Ayer en la mañana me llegó un correo electrónico, de la clínica dónde estaba Alana -Denisse sujeta sus manos y lo abraza- perdón mamá, no pude cuidarla bien.

—¿Mi mamá está bien, tío? -Carla me abraza esperando la respuesta de su tío, él negó y Carla empezó a sollozar-

—Lamentablemente tú mamá se quitó la vida -dije y reforzó el abrazo- lo lamento mucho Denisse.

—Lo sospeche cuando te vi en la noche, la última vez que estabas así fue cuando tú papá murió -suspira levantándose-

—Can está allá ahora mismo. Nosotros teníamos que estar para ti hoy -me levanté del sillón y la abrazó- mamá lo siento mucho -sus ojos se llenaron de lágrimas y su voz se quebró al decir eso-

—Tranquilo hijo, tú hiciste todo lo que estaba a tu alcance.

Nos quedamos ahí hablando y recordando los bonitos momentos de Alana en su niñez, antes de conocer las drogas, Carla no se despegó de mi en toda la noche y era entendible eso.

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Amor y Venganza Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora