en el momento en que mi alarma comenzó a retumbar por mi habitación, mis ojos ya estaban completamente abiertos y mi conciencia al tanto de lo que ocurría en mi entorno. Tomé mi teléfono y deslicé un botón para indicar que quería apagar la alarma y me puse de pié. Al tomar el equilibrio sobre aquel suelo de madera caminé aún descalza a encender la luz de mi habitación, iluminando todo a mi alrededor: estanterías con peluches, figuras, libros, revistas, comics, mi escritorio lleno de papeles y lápices, posters de mis bandas favoritas, mi tocador con mi maquillaje, etc.
Tomé el uniforme que se situaba en la silla de mi escritorio, el cual era un tanto elegante, pues iría a una escuela de élite junto con mi hermano, un pandillero: camiseta de botones color blanca, perfectamente planchada, cuello estilo francés donde iría un listón rojo como moño colgado bajo este. La falda era de un color negro con un cinturón color rojo con un moño a un costado para hacer resaltar, y para acabarla, otro moño negro se situaría atrás de la falda para que sea más "elegante".
Me coloqué el uniforme completo junto con medias blancas que llegaban hasta mi rodilla y unos zapatos negros muy elegantes con tacón alto.
Cepille mi larga y lacia cabellera negra y la recogí en una coleta floja.
Bajando las escaleras me topé con mi enfadoso hermano Joseph cepillando sus dientes; tenía el uniforme completo pero el moño que el utilizaba aún estaba mal colocado.
Es un hombre rubio ojiazul, 1.82 como promedio y tenía una mirada muy profunda, pero como ai estuviera cansado y harto de la vida, lo cual no era una mentira.
Joseph: Buenos días, Josephine. -Dijo mi hermano aún cepillando sus dientes botando algo de espuma por mi rostro, lo cual fué a propósito-
Josephine: Mierda, Joseph... andate a joder a otro maldito sitio. (Ordené limpiando la espuma y bajando lentamente las escaleras, soltando un codazo al hombro de mi hermano, quien soltó un querido entre risas)
Mamá y papá no estaban, casi nunca se encontraban en casa y solo nos mandaban dinero para mantenernos y de vez en cuando los fines de semana venían a vernos.
Noté un plato sobre la mesa que me dispuse a revisar, lo acompañaba una pequeña nota que decía "Josephine, mi amor, espero que te guste lo que he preparado para tí y Joseph, lo hice con todo mi amor y corazón y espero que te vaya bien en tu primer día de clases. Con amor, mamá"
todo estaba escrito en letra cursiva y un corazón al final de la última frase, que iba separada del resto en una esquina.
mamá había venido a casa el día anterior a visitarnos, papá también vino a vernos y compartimos lindos momentos de padres e hijos, fué todo muy lindo.
sonreí y comencé a comer mi desayuno: una rebanada de pastel que habíamos horneado anoche, estaba delicioso y mis nervios por entrar a un nuevo colegio habían desaparecido por completo en unos instantes y sólo podía concentrarme en el agradable y dulce sabor del pastel.
Me encontraba CASI lista, estaba pintando mis enormes pestañas y colocando algo de color en mis labios. No usaba mucho maquillaje para ir a la escuela pero soy una chica muy femenina.
estaba lista.
le hablé a mi hermano para avisarle que ya estaba preparada y ambos salimos de nuestro triste y frío hogar.
Joseph: te ves bien. -comentó sin ganas mi hermano, como si estuviera obligado a hacerme cumplidos, encendió un cigarrillo con la mira baja y se dispuso a observarme de pies a cabeza sin tomar mucha importancia. Hacía frío, mi hermano se colocó su chaqueta de cuero color negra bajando los pequeños escalones de la puerta-
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Poppys N' Roses
Novela JuvenilJosephine Rosenberg, una chica que es transferida al mismo Instituto de su hermano mayor Joseph Rosenberg. Ella arma su vida escolar con normalidad; hace amigas, saca buenas notas y todo parece ir normal, hasta que conoce a cierto chico: Kenneth Mi...