7:00 a.m
Sebastián caminaba despacio hacia la entrada del colegio, su corazón latía con fuerza y sus pensamientos se entrelazaban en un torbellino de emociones. En su mente, la fecha del incidente se repetía como un eco constante. Pero hoy, un nuevo amanecer lo esperaba, y por fin se sentía listo para volver.
Al cruzar la puerta principal, el murmullo familiar de los estudiantes llenó sus oídos.
Algunas risas, el sonido de zapatos golpeando el suelo de la entrada y el bullicio de las conversaciones lo envolvieron en una sensación de normalidad que había estado ausente en su vida durante la última semana.
Al poco tiempo, notó a lo lejos las siluetas de sus amigos. Alisson, Matthew y Hannah estaban cerca de la fuente, riendo y compartiendo historias como si el tiempo nunca hubiera estado ausente. Cuando sus miradas se encontraron, el tiempo pareció detenerse.
—¡Sebastián!— gritó Alisson, corriendo hacia él con una sonrisa radiante, que parecía iluminar todo a su alrededor. —¡Qué bueno que volviste!—
Sebastián sintió que el peso del mundo se desvanecía por un instante al ver la felicidad en sus rostros. Matthew se acercó, le dio una palmada amistosa en la espalda y dijo:
—Te extrañamos.—
Hannah, que siempre había tenido una forma especial de hacer que los demás se sintieran valorados, se acercó para abrazarlo con ternura. Su abrazo era cálido y reconfortante, y Sebastián se permitió disfrutar del momento.
—¿Cómo te sientes? —preguntó ella, todavía con un tono preocupado en su voz.
—Mejor. Estoy bien, gracias— respondió Sebastián.
Alisson miró a su alrededor, asegurándose de que no había señales de Jayden. Luego, le dijo a Sebastián:
—No tienes que preocuparte, lo tenemos todo cubierto. Si aparece, ¡nosotros nos encargaremos!—
Sebastián sonrió, sintiendo una calidez en su pecho. A sus amigos no les importaban las normas no escritas del colegio, no tenían miedo de enfrentarse a lo que fuera necesario para protegerlo.
Juntos, se dirigieron a clase, intercambiando bromas y recordando anécdotas que les hicieron reír. La sensación de alivio y camaradería llenaba el aire a su alrededor.
Sin embargo, en lo profundo de su ser, aún sentía un pequeño nudo. La imagen de Jayden aparecía en su mente, casi como una sombra que no podía sacudir.
¿Qué haría si se encontraba con él? Pero decidió que, por ahora, se centraría en el presente y en la alegría de estar rodeado de sus amigos.
Entraron al aula y tomaron sus asientos. Mientras el profesor comenzaba a hablar, Sebastián se dio cuenta de que su mayor fortaleza no estaba solo en su capacidad de resistir, sino en tener un grupo de amigos que siempre lo apoyaría. Lo que aquella experiencia le había enseñado era que la amistad era un refugio donde las heridas podían comenzar a sanar.
10:25 a.m
El comedor del Instituto era un lugar bullicioso, lleno de risas, comentarios y el tintineo de los cubiertos que marcaban el ritmo del almuerzo. Sebastian se sentó en una mesa junto a sus amigos Alisson, Matthew y Hannah. La luz del sol entraba por las ventanas, iluminando los rostros sonrientes de los estudiantes que disfrutaban de su comida.
—Oigan, ¿vieron el último capítulo de esa serie de la que todos hablan? —preguntó Matthew, mientras llenaba su plato con una generosa porción de pasta.
—Oh, si ¡Stranger Things! Sigo sin entender cómo todo pasó de bien a mal en tan solo minutos...— Respondió Alisson, cruzando los brazos a modo de protesta.
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Mi Reflejo En Sus Ojos (READAPTACIÓN)
RomanceLas redes sociales les dan a Sebastian y Jayden, una segunda oportunidad de poder conocerse sin conflictos. Algunas veces hay que verle el lado positivo a las cosas ¿Verdad?