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Dalia sollozó por ultima vez antes de correr lo más lejos que podia de la horrible escena frente a ella. Su tia, quien practicamente la crió, le alimentó y cuido de ella desde que aprendio sus primeras palabras...
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Dalia veía desde la entrada de la casa como todos recibían a los recién llegados. Le alegraba saber que los tres habían llegado sanos y a salvo, pero la presencia en los asientos traseros le hacía mantenerse al margen.
—Es Randall. Gleen fue el que habló ante la mirada confundida de quienes comenzaban a notar al extraño.
Sophia se ganó a su lado, apoyando sus brazos en el afeitar copiando su pose y viendo como los adultos se ponían en marcha para trasladar al herido dentro de la casa, algo que parecía no tener contentos a algunos.
—¿Será peligroso? Le preguntó dudosamente a la rubia, quien hizo una mueca y rodeo sus hombros con su brazo, acercandola contra si misma.
—Si lo fuera, Rick no lo traería a nuestro único refugio.
Grimes podía ser bastante benevolente, mucho más amable que cualquier hombre a su alrededor, pero no era ingenuo. No llevaría un peligro hacia en donde su grupo se refugiaba, donde su hijo y esposa estaban.
Carl se unió a ellas cuando ambas esperaron a que todos estuvieran dentro, compartiendo las miradas preocupadas y sentándose a su lado cuando todos llegaron a la mesa principal.
—Si es que duraba vivo, se habría desangrado. Rick intentaba hacer entrar en razón a su grupo respecto a su decisión, pero las miradas dudosas de la mayoría le hacían dudar hasta de si mismo. ¿Hizo lo correcto?
—Se puso feo en el pueblo.
Dalia tenía su mirada puesta en el coreano, se miraba decaído, casi en estado de shock. En ese momento agradeció no haber ido con ellos, si Gleen estaba de esa forma, no quería imaginar cómo estaría ella.
Hershel llegó justo a tiempo antes de que comenzaran a discutir qué hacer con el herido, informando brevemente el procedimiento que hizo con este y los daños que tenía.
—Cuando se recupere, lo llevamos a la carretera y que se large. Parecía una decisión bastante sensata, no lo integrarían a su grupo, pero tampoco lo dejarían a su suerte con una pierna herida.
La menor del grupo volteo cuando la puerta se abrió a sus espaldas, levantándose de la silla y caminando a Daryl, que acababa de entrar a la casa y la recibió con los brazos abiertos. Dejó que este la cargara contra su cadera, apoyándose en una de las paredes para escuchar lo que decidía el grupo.
—No es una amenaza, lo vendamos en el camino. Shane se veía inseguro sobre dejarlo ir, no quería poner el peligro la ubicación del grupo, más si el herido venía de otro el doble de grande que el suyo, estando seguro que portaban más suministros que ellos.
—Rick, mataron a tres de los suyos, capturaron a uno como rehén. ¿Como sabes que no vendrán a buscarlo?
—Tiene razón... Murmuró Dalia en el oído del cazador, más este solo sobo su espalda ordenandole silenciosamente que no se metiera.
