39- Un encuentro nostálgico

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Jeon Jungkook

Los celos se apoderan de mi ser, porqué está mañana he recibido un mensaje, el avión que por mucho tiempo a estado guardado hoy partiría a Estados Unidos por órdenes de Jimin, y me jode saber que el no es quien viajará en el puto avión.

Incluso cuando llegó a la pista de aterrizaje, donde se supone debería estar, el movimiento del personal me hace creer que el mensaje es cierto y no era una simple broma.

Era una notificación.

Después de todo, ese avión estaba bajo mi propiedad antes de casarme y aún que Jimin puede hacer lo que quiera con mis bienes, siempre se me es notificado.

Detengo el auto, tomó el artefacto que he traído conmigo y bajo del auto.

Incluso cuando sus ojos se clavan en los míos, veo como los abre y se pone en alerta, corre hacia mi y se mete en mi camino.

- ¿Qué haces aquí? ¡¿Por qué has traído un bate de madera Jungkook?!

Detengo mis pasos, tomó su cara y lo besó castamente antes de rodearlo y seguir mi camino.

- ¡Espera! Mierda.

Fuera del avión está el piloto y el copiloto, viejos amigos con los que he viajado miles de veces, ellos me miran y antes de subir las escaleras para llegar a dónde quiero, me inclino hacia al copiloto y le digo:

- Sostén a mi esposo y no lo dejes subir.

El asiente y se acerca a Jimin detras de mi para sostenerlo.

- ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Suéltame! ¡JEON JUNGKOOK TE VAS A ARREPENTIR DE ESTO, MALDITA SEA!

Dejo de escuchar sus gritos y como lucha contra Alfred, para subir finalmente y caminar al interior del avión.

En realidad no hay varios pasillos, solo es uno y al fondo un gran espacio junto a una cama dónde Minsook solía descansar cuando era más pequeño, eso sin meter los pequeños espacios donde se preparan bocadillos y el baño.

Sostengo fuerte el bate cuando diviso la figura de un extraño cerca de la ventanilla, está enfundado en un abrigo grande negro, lleva lentes oscuros y una larga cabellera negra.

¿Cree que es una maldita fiesta de disfraces?

Levantó el bate llamando su atención, dispuesto a golpear su cabeza, el grito de Jimin llega a mis oídos y me detengo.

- ¡Me duele! - Volteo de inmediato y el llega hacia mi corriendo completamente agitado.

Entonces bajo el bate y reviso su cuerpo por encima de la ropa.

- ¿Te duele? ¿Qué te duele, cariño?

Entonces su cara enojada me hace entender que no le duele nada, incluso Alfred aparece sosteniendo su entrepierna.

Su mirada se va a la persona a la que quiero matar y mi sangre vuelve a hervir. Este se levanta del asiento y parece temblar mientras camina hacia mí.

Mis manos aprietan el bate y estoy dispuesto a darle una paliza.

Sin embargo al ver su contextura me doy cuenta de que no es "El" si no "Ella" y que aparenta ser mayor.

Mi ceño se frunce y Jimin a mi lado toma mi brazo.

Entonces cuando sus manos temblorosas retiran las gafas de su cara, todo a mi alrededor se paraliza.

Sus ojos siguen siendo igual de hermosos, ahora están inundados en lágrimas, pero me mira con el mismo amor con el que lo hicieron durante años.

El bate cae de mis manos, mi corazón está latiendo demasiado rápido, el aire me falta y finalmente escucho su voz.

- Hola, mi lindo Kookie...

Es todo lo que necesito para ir hacia ella, la abrazo con toda mi fuerza, lloro en su hombro y siento su calor.

Todos los años que pase creyendo que ella estaba muerta, todos los años que llore su ausencia, los que me lamente no haberla salvado.

Se esfuman frente a mi, porqué ella está aquí y me abraza ahora.

Mamá realmente está aquí.

- Mi dulce niño, ahora eres demasiado grande para mis brazos.- Su voz temblorosa me llena de la emoción más asombrosa y me siento feliz.

Me separó y beso su cabello, limpio sus lágrimas y acarició su rostro.

La edad a hecho de las suyas, pero mi madre sigue siendo preciosa.

- Mira lo musculoso que eres.- Sonrio en medio de las lágrimas e intento decir algo, pero nada sale más que sollozos.

- Le diré al copiloto que espere unos minutos.- La voz de Jimin se escucha detrás de mi.

Volteo a mirarlo y el me sonríe débilmente.

Ese diablillo.

- No tenemos mucho tiempo ahora.- Ella vuelve a hablar y la miró confuso.- Debo irme, hay cosas de las que me siento responsable, cosas que debo hacer...

- ¿A Estados Unidos?

Ella abre sus ojos y asiente.

- Algún día hablaremos de ello ¿Bien? Ahora quiero que me expliques, Jeon Jungkook ¿Por qué? Has dejado solo a Jimin. ¿Qué sucede contigo?

Mi corazón sigue latiendo demasiado fuerte y su mirada me hace sentir pequeño ante ella, aún que sea incluso más alto.

- Yo...

- Esto, estás actuando igual que tú padre, preso del miedo, haciendo lo que ella diga, ¿Realmente es esto lo que quieres? ¿Estás dispuesto a perder a ese hombre? Por lo visto y como entraste a matarme creo que no.  ¿No es así?

Sonríe y limpia mis lágrimas.

- Es normal tener miedo Jungkook, incluso a tu edad, pero... ¿Acaso estás dispuesto a perderlo todo? He visto a Jimin llorar, cansado, atendiendo a tus niños y por cierto tienes hijos preciosos, el mayor es tan parecido a ti, que no puedo evitar recordar como me sentí cuando a esa edad no te tuve en mi brazos, mi Kookie.

El peso de sus palabras me aturde y lloro una vez más.

- Jimin te necesita, tus hijos te necesitan y yo también ¿De acuerdo?

Mi corazón se estruja, lo sabía, siempre supe que podria perderlo todo, siempre supe que al intentar mantenerlos a salvo podria quedarme sin ellos.

Creí que hacía lo correcto.

Pero, siempre estuve dañando a Jimin.

La única persona que me ama sobre todas las cosas, que a dado todo de el por quedarse conmigo, la única persona que aún y descubriendo mi pasado me sigue amando y luchando por mí.

Necesito acabar con todo.

Necesito darle a Jimin su lugar, el lugar que merece en mi vida, el lugar que siempre le pertenecera.

- Entonces... ¿Al regresar estarás en casa con tu familia?

Tomo sus manos y beso sus nudillos.

- Si, así será.

- No espero menos de ti, te amo. Ahora vete tengo que irme, hablaremos cuando regrese.

La abrazó una vez más contra mi cuerpo y me permito oler su cabello.

Ahora tengo a alguien más que cuidar, a alguien más por quien luchar.

Incluso si no quiero despedirme, ella insiste en que debe irse y yo lo acepto.

Bajando del avión, mi esposo está a unos metros con sus brazos cruzados y me siento jodidamente feliz.

Así que me acercó y lo cargo encima de mis hombros, ganando una pataleta de su parte, porqué está enojado y lo sé.

- ¡Suéltame animal! ¡Tenías un bate!

- Te dije que lo iba a matar Jimin.- Doy una fuerte nalgada y el se queja.

- Eres un...

- Tu marido, eso soy, y te voy a Joder ese lindo culo que tienes.

SR JEON #2 +21✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora