Capítulo 1

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Estando en el coche con Olivia tomo el control de ser la mejor DJ del coche, ¿Lo pillais, no? Como soy la copiloto tengo el deber de poner música en el coche y como tenemos una playlist conjunta, donde salen canciones que le gustan a Olivia y a mi decido poner esa ya que el camino al centro comercial no es muy largo.

—¿Ignoraras siempre las sonrisitas que te da Lewis?— comenta Olivia bajándole el volumen a la música.

—¿Qué sonrisillas? No se de que me hablas

— Y del repaso que te ha dado ya ni hablemos.

Vale, de eso si que no sabia de que me hablada.

—Vale, de la sonrisilla si que me he dado cuenta del repaso no, pero me da igual. No me gusta nada, aparte estoy conociendo a alguien. —miento en eso último.

La última vez que salí de fiesta conocí a un chico, pero llevamos ya unas semanas  sin hablar, pero eso Olivia no lo sabe así que me mira con cara recriminatoria.

—Serás perraa. ¿Tu sabes quien soy? Tu mejor amiga desde que tienes 3 años y no se te ocurre decirle que has conocido a un chico. Me siento traicionada. Te odio.

—Bueno ahora ya lo sabes. —finalizo la conversación lanzandole un beso en el aire y vuelvo a subir el volumen de la música.

Tardamos unas dos canciones en llegar a nuestro destino, aparcamos el coche en el parking.

—¿Vamos a la cafetería de siempre? —pregunto.

—Si porfavor.

En la cafetería la dueña tiene un hijo de nuestra edad que va a la misma universidad que la nuestra y a veces está ayudando a su madre. Puede ser que Olivia tenga un flechazo hacia este pobre chico. 

Entramos a la cafetería y efectivamente está el hijo, Finn. No lo había dicho, pero Olivia al obsesionarse con él descubrió que es jugador de rugby y juega con mis hermanos aunque por casa nunca lo he visto, había oído hablar de él a los chicos.

Olivia sí que había conseguido entablar conversación con Finn y en la universidad alguna vez habían hablado.

Nos sentamos en una mesa y Finn se acerca para tomarnos nota.

—¿Que os pongo chicas? —nos pregunta distraído sacando su libreta para apuntar. — Anda, hola Livi, no me había dado cuenta que eras tú.— dice Finn.

Como para darse cuenta si se está tapando toda la cara con la carta.

Estiro un poco el brazo y se la quito de delante  y la animo a que le hable haciendo gestos con la cara.

Ahora el pobre Finn va a pensar que tengo problemas. ¡QUE MARAVILLA!

—Ehh...Mmm...Si...—le pego un pisotón para que reaccione. — Hola Finn, no sabía que ibas a estar aquí, bueno sí que sabía que había probabilidades, porque la cafetería es de  tu madre y a veces estás aquí, pero no sabia que hoy estairas. Aunque ni que lo  fuera a saber...

Valeee, momento de intervenir.

—¿Me puedes poner un zumo de naranja y un croissant?  A Olivia ponle un zumo de manzana y un trozo de tarta de manzana. Gracias.

—Perfecto, pues ahora lo traigo todo, señoritas. —le doy una sonrisa y se marcha.

Cuando estoy segura de que no escuchara nada miro a Olivia. Está roja. Como un tomate.

—¿Se puede saber que te acaba de pasar? ¿Y te ha llamado Livi? ¿Hola? Ese apodo es mio lo invente yo para ti, nadie te puede llamar así excepto yo.

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⏰ Última actualización: Jul 29 ⏰

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