En la misma plaza del día anterior, Eunseok paseaba a Charlie con la vista atenta. Quería saber si de por casualidad el chico de ayer también estaba ahí.
Llegó a la misma hora. Hizo el mismo recorrido. Y aunque el parque estaba igual de lleno que ayer, aquél muchacho de risa tímida no estaba por ningún lado.
A las cinco y media de la tarde suspiró rendido, dándose cuenta de que Seunghan no aparecía.
Era una estupidez lo que estaba haciendo, pero en serio le gustó mucho como para ridiculizarse de esa manera.
Recuerda a la perfección sus ojos rasgados, igualitos a los de un gato. Su cabello medio largo pegado a su cuello. Todo de ese niño era perfecto.
─Vamos Charlie, hoy no es el día de suerte─Cogió con más fuerza la correa, avanzando para el lado de su casa.
El resto del camino se fue con un puchero en sus labios, entre triste y molesto.
Wonbin lo llamaría loco por quedarse más de una hora esperando a alguien que no conocía. Y probablemente tuviese razón.
Tocó el timbre de su casa una vez frente a la puerta. Para su desgracia, se le habían quedado las llaves en el casillero de la escuela y no estaba seguro que sus padres estuvieran en casa. Tenían un horario concreto, muchas veces trabajaban hasta altas horas de la noche, en especial en esta época.
Al no recibir respuestas, soltó la correa de Charlie para poder ingresar su extendida contraseña de números y letras y así llamar a su madre.
No tuvo miedo de que su mascota se escapara, porque Charlie no era esa clase de perros. Él siempre lo dejaba suelto cuando él lo exigía, a menos que estuvieran en un lugar con muchos autos circulando.
─Mamá, tengo un problema...─Dijo con el teléfono pegado a su oreja, mirando por la ventana, quizás estaba abierta.
No alcanzó a oír la respuesta de su madre pues Charlie ladró fuertemente, saliendo disparado hacia la calle.
─¡Charlie! Espera, mamá, ya te llamo.
Cortó la llamada, guardando el aparato en su bolsillo y corrió tras el perro.
Retira todo lo dicho de que Charlie no era de escaparse. Eunseok no sabía qué mierda le estaba pasando al animal.
─¡Charlie!
Se detuvo en seco al notar que este había doblado en la esquina de la calle. Se apoyó sobre sus rodillas, respirando agitadamente.
Maldijo y siguió corriendo, logrando alcanzarlo. O al menos visualizarlo.
Charlie estaba sobre este mismo chiquillo de ayer, ladrando emocionado. Seunghan sonreía, acariciándole las orejitas.
─¿Eres tú el perro de ayer, bonito?─Su sonrisa se expandió, parecía muy contento.
─¡Guau, guau!
Eunseok se acercó a ellos en silencio. Su corazón no dejaba de golpearle la caja torácica por la velocidad en la que latía.
¡Literalmente, esto es el destino!
─¡Lo lamento! Se escapó y no lo alcancé─Dijo Eunseok, ya frente al chico─¡Charlie, ¿Qué pasa contigo?!─Le regañó, intentando distraerse del nerviosismo.
─¡Está bien! Me parece gracioso que se haya repetido lo de ayer─Sonrió al ver al canino saltar en dos patas.
Eunseok necesitaba el número de ese hermoso chico. ¡Se reencontraron, cómo eso sería casualidad!
Tratando de controlar su emoción, se dijo a si mismo que no perdería la oportunidad e intentar hacer algo.
─Creo que realmente le gustas, Charlie jamás había salido corriendo tras alguien de esa manera─Buscó los ojos contrarios─Ni siquiera sé cómo te reconoció. Es decir, estábamos bastante lejos de aquí.
Oyó otra pequeña carcajada que lo hizo temblar.
─Charlie... ¿Es por heartstopper?
Song se sonrojó, avergonzado. Anton se reía de él por eso, y se molestaba mucho con el menor, pero que ese pelinegro le preguntaba por la originalidad del nombre, se sentía distinto.
─Sí─Susurró, bajando la mirada con pena─Es una tontería, lo sé...
─¡No! Es un bonito nombre─Tranquilizó el más bajo, sonriendo, y Eunseok no pudo evitar copiarle el gesto─Bueno... ¡Debo irme, pero un gusto de volver a verte a ver, Charlie!─Observó al cachorro una última vez, quien ladró.
─¡Espera!─Gritó el mayor, sobresaltando a ambos─Digo- Perdón. Yo s-olo... Solo─Las palabras se enredaron en su lengua, alterada─¿Puedo tener tu número?
¡Mierda!
Ambos con mejillas rojas. Tímidas.
─Perdón, no quería sonar atrevido, pero... ¿Creo que a Charlie le gusta verte?─Su tono estaba lleno de duda, porque él mismo sabía que estaba usando la excusa más ridícula y poco creíble para coquetearle. O intentarlo.
Idiota, idiota, idiota.
Las bonitas manos de Seunghan acomodaron su cabello negro con otra risita baja. Sus mejillas brillaban en un color taaaaan bonito, que Eunseok sintió la necesidad de comerlo a besos.
Seunghan solo asintió, esperando que el castaño sacará su celular para dictarle los dígitos.
Una vez Eunseok ya tenía el contacto, que guardo como “Chico de ojitos bonitos, futuro esposo”, le sonrió, despidiéndose y tomando a Charlie para volver a su hogar.
Ya alejado del pelinegro, gritó a los aires vibrante, saltando junto al canino de felicidad.
─¡Lo logré, Charlie! ¡Lo logré!─Abrazó al peludo, que movía la cola y ladraba de alegría.
Su emoción fue tanta que ni notó el auto de su madre estacionándose a un lado suyo.
─¡Song Eunseok, me tenías preocupada! ¡Pensé que te había pasado algo, me cortaste sin explicación!
Ni los reproches de su enfadada progenitora le borraron la sonrisa. Corrió hasta ella y la abrazó, la mujer no entendía, pero ver a su hija al igual que su mascota hizo que se rindiera con el reto y sonriera inconscientemente.
La alegría de Eunseok siempre fue muy contagiosa.
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𝓟oto + Luna = Seunghan ٭ 𝗦eokhan AU
RomancePoto + Luna ; Eunseok leyó en internet que si le mostraba el poto a la luna le traería buena suerte en el amor. Este AU no me pertenece. ©. @yunamipolola