Alex es un chico de 16 años que todavía siente un profundo miedo por las viejas Creepypastas, especialmente hacia Slenderwoman, quien lo acecha.
~ Un fanfic que hice por aburrimiento xd
Alex estaba en su habitación jugando videojuegos, disfrutando de una noche tranquila después de un largo día de escuela.
Alex: ¡Sí! ¡Voy ganando! -exclamó concentrado mientras jugaba.
De repente, la luz de su habitación parpadeó y el chico sintió una presencia detrás de él. Giró lentamente y vio a una mujer delgada de pelo oscuro vestida con un traje formal negro ajustado. Su cara era blanca y no tenía facciones faciales. Unos extraños tentáculos rígidos sobresalían de su espalda.
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Autor: iDerzz (DeviantArt)
El chico abrió los ojos y gritó:
Alex: ¡NOOOOO! ¡TÚ NOOOO!
Saltó del susto, cayendo de la silla y retrocediendo hasta la pared. Sentía que su corazón estaba por salirse de su pecho.
Al ver esto, la extraña figura comenzó a reír, confundiendo al chico.
???: ¡Ja, ja, ja! ¡Tu carita, Alex! No puedo creer que con 16 años todavía tengas miedo de Slenderwoman...
El chico frunció el ceño al reconocer la voz de su hermana mayor.
Alex: ¡Dina, eso no fue divertido! -exclamó tratando de levantarse y recuperar el aliento.
Su hermana mayor se quitó la máscara, revelando una cabellera rubia corta y unos ojos azules que lo veían con burla.
Dina: Lo siento, hermanito. Pero deberías haber visto tu cara ¡ja, ja, ja!
El chico, aún sintiendo el pánico, miró hacia la ventana que daba al patio trasero. La luz de la luna iluminaba una figura alta y delgada sin rostro que parecía observarlo directamente. Su corazón se detuvo un momento.
Alex: Dina... ¿Eso es parte de tu broma? -susurró, alejándose lentamente de la ventana.
Su hermana mayor, entre risas, se acercó a la ventana y miró hacia afuera.
Dina: ¿De qué hablas? No hay nada afuera.
Alex: ¡Lo vi! ¡Era Slenderwoman! Estaba ahí, mirándonos... -respondió nervioso.
Dina: Alex, fue solo una bromita. No hay nada de qué preocuparse.
Justo en ese momento, el chico volvió a mirar hacia el patio, pero la figura había desaparecido. Su respiración se aceleró y su corazón comenzó a latir con fuerza.
Alex: ¡Te juro que estaba ahí, Dina! ¡¡¡NO ESTOY LOCO!!!
La chica se acercó a su hermano menor y lo envolvió en un cálido abrazo para calmarlo.
Dina: Está bien, hermanito. Tal vez fue solo tu imaginación. ¿Qué te parece si vemos una peli en la sala para que te relajes? -le preguntó con una sonrisa.
El chico miró la ventana un momento, luego se giró para ver a su hermana y asintió.
Desde la oscuridad del patio, una sombra femenina oculta entre los árboles observaba a los hermanos a través de la ventana. Cuando se fueron de la habitación, la sombra se desvaneció en la oscuridad, sin dejar de pensar en la reacción de ese chico al verla.
Horas después de ver la película con su hermana, Alex se despertó en medio de la noche. Sus ojos se abrieron lentamente e intentó moverse, pero su cuerpo no respondía.
Alex (pensando): Genial, parálisis de sueño. Esto es lo último que necesitaba después de la broma de Dina.
De repente, escuchó el crujido de la puerta abriéndose. Sus ojos se movieron frenéticamente hacia el sonido, tratando de ver quién entraba en su habitación. Era una sombra alta y delgada que se deslizaba en el interior. La luz de la luna que dejaba entrar su ventana iluminó una cara blanca sin ningún rasgo facial, pero que lo miraba a los ojos fijamente.
El corazón del chico comenzó a latir. Intentó cerrar los ojos, pensando que estaba soñando o su hermana mayor quería hacerle sufrir un poco más.
Alex (pensando): Dina, si eres tu... ¡Juró que pondré sal en tu café, otra vez!
Para su horror, una voz femenina con un tono juguetón le respondió en su mente.
Slenderwoman: No soy tu hermana, querido... Pero sabes muy bien quien soy.
Alex (pensando): No... No eres real, no eres real, no eres real... -repitió tratando de calmarse.
Pero Slenderwoman se acercó lentamente a su cama. Se inclinó sobre él, sentándose sobre su entrepierna y acercó su cara sin rasgos a la suya.
Slenderwoman: ¿Intentando hacerte el loco, querido? ¡Je, je, je! No puedes. Pero debo admitirlo, te ves adorable cuando estás tan asustado.
El chico cerró los ojos con fuerza. Podía sentir unos fríos tentáculos acariciando sus mejillas y la extraña, pero deliciosa, sensación de algo moviéndose lentamente sobre su entrepierna. Todo parecía tan real que le costaba creer que solo fuera un sueño.
Alex (pensando): ¡No eres real, no eres real, no eres real!
Slenderwoman levantó una mano y suavemente acarició la mejilla del chico con sus largos dedos blancos. Unos escalofríos recorrieron su cuerpo.
Slenderwoman: Relájate, querido. No te haré daño... Sólo quería divertirme un rato contigo, como en los viejos tiempos.
Alex: Por favor... vete... -murmuró sintiendo que estaba a punto de orinar por el miedo.
Slenderwoman: Hmm... Dulces sueños, Alex. Nos veremos de nuevo muy pronto y estaré acompañada de una buena amiga.
De repente, el chico sintió que la presión en su entrepierna comenzaba a disminuir. Abrió los ojos lentamente y vio que su habitación estaba vacía.
Cuando recuperó el control de su cuerpo se incorporó rápidamente, respirando con dificultad y cubierto de sudor. Miró alrededor, pero no había rastro de Slenderwoman.
Alex: No... no me puede estar pasando esto... ¿Por qué a mi? -se preguntó, poniendo las manos sobre su cabeza.
En eso, el chico notó un gran bulto sobresaliendo de sus sábanas.
Alex: Necesito una ducha frío -susurró apenado, levantándose de la cama para ir al baño.
En la mañana siguiente, el chico se despertó sintiéndose agotado. Bajó a la cocina donde su hermana mayor estaba desayunando tranquilamente antes de irse a su trabajo.
Dina: Buenos días, dormilón. ¿Dormiste bien después de nuestra noche de películas? -le preguntó con una sonrisa.
El chico suspiró antes de responder.
Alex: Digamos que tuve una visita nocturna de Slenderwoman.
Su hermana lo miró fijamente un momento.
Dina: Supongo que ya estás en esa edad, pero... ¿con Slenderwoman? ¿En serio?
Alex: ¡No ese tipo de visita nocturna! -exclamó frunciendo el ceño-. Habló de que Slenderwoman literalmente me visitó anoche.
Dina casi escupe su café por la risa.
Dina: ¿Otra vez con eso? Perdón si la broma te dio una "pesadilla" anoche, Alex. No lo volveré a hacer, lo prometo.
Alex: Bueno.
Dina: Ahora, siéntate y desayuna. Debo llevarte a la escuela a tiempo para ir al trabajo.
El chico obedeció y se sentó junto a su hermana para desayunar.
Dina: Oye...
Alex: ¿Qué?
Dina: ¿Y qué tan sexy era Slenderwoman?
Alex: ¡¡¡DINA!!!
La chica estalló en risas, mientras su hermano la miraba con el ceño fruncido.
