¿Que flor soy?

1 0 0
                                    


Samanta Hannoviera , era una joven de 15 años, muy única y especial, divertida, feliz y rota, había tomado las decisiones que la habían dejado así: su primer “verdadero” amor, Alexander. Ella pensaba que para él era su flor amarilla, su único amor, pero el destino quiso separarlos, tuvieron que terminar dejándola rota y sin amigos que la aprecian como ella a ellos. Le costó bastante, pero dejó de ser quien solía ser, seguía siendo alegre e infantil, pero comenzó a darse cuenta que… solo era una flor morada, para todos, una segunda opción, ella sabía eso e intentaba ignorarlo como antes, no fue capaz, le dolía, por que necesitaba el afecto verdadero de alguien. Con el tiempo, se acercó a una familia conocida, en su mente los llamaba padres, era un hogar, mucho mejor del que tenía ella donde había peleas, indiferencia y maltrato emocional, quizás era su imaginación, pero volvía a ser amarilla con pétalos mezclados de morado. Cabe hablar que no duró mucho porque sentía que no era una buena compañía y su “familia” le decía que no debía apegarse mucho a ellos, se fue alejando. Intento buscar otras personas que la consideran amarilla, pero fracasó, sabía que para nadie sería especial. Un día salió a caminar, hacia un puente observó el abismo, recordó todo lo que había vivido, sus únicas experiencias de ser una flor amarilla le dolía porque sabía que si había personas que la amaban y lo que iba a ser no tendría perdón, se subió a las barandas, escucho su nombre y sin voltear salto, deseando que se le recordará por su carácter y simpatía. Todo esto es fue leído, entre sus únicos consuelos, su ex novio, y la otra familia que amó, se sentían mal por que no pudieron salvarla, la querían, pero ella no se supo expresar y siempre fue una marioneta, su amor se sentía agradecido de que ella no sufriría más, y juro acompañarla quedándose con el libro hasta su muerte en soledad.

Final alternativo:
Sin embargo, nunca cayó. Estaba ahí y ella no lo podía creer, fue abrazada con fuerza mientras lloraba, sus salvadores el mismo chico que la traiciono estaba con su libreta de sentimientos junto con el padre de la familia que amaba. La llevaron a casa, donde ella por fin pudo liberarse pudo decir todo lo que sentía, todas las desgracias de ser una flor morada siempre y las ganas de no serlo. Su ex novio le dijo que solo quería darle tiempo, que parecía ser feliz y que lo odiaba, por lo que se mantuvo a distancia; la otra figura masculina le explico como toda su familia a estimaba y que, si era necesario, él podría adoptarla y darle todo el amor que le habían negado tantos años.

historias cortasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora