MIA
Estoy sentada sobre la cajuela de la camioneta de Dylan, observando cómo los bomberos intentan apagar el incendio en la mansión. El crepitar de las llamas y el sonido de las mangueras de agua llenan el aire, mientras los paramédicos atienden a los hombres heridos por el fuego. A pesar de la situación caótica, no puedo evitar preguntarme cómo hará Alessandro para mantener a los bomberos y médicos en silencio sobre lo ocurrido. ¿Los sobornará?, ¿Utilizará sus conexiones para asegurarse de que no hablen?.
Mis pensamientos se interrumpen cuando veo a Dylan acercarse con dos maletines en las manos. Mi corazón late con fuerza al verlos, y de inmediato le digo que no quiero esas bombas cerca de mí.
—Tranquila, Mia —dice Dylan con voz calmada—. Les corté algunos cables para desactivarlas. No hay riesgo de que se activen remotamente.
Me siento aliviada, aunque todavía inquieta, al verlo colocar los maletines a mi lado sobre la cajuela. Intento hacer memoria y recuerdo que falta una tercera bomba. Antes de que pueda decir algo, una nueva explosión sacude la mansión, elevando aún más las llamas. Los bomberos se mueven rápidamente, acercando más los camiones y dirigiendo sus mangueras hacia el corazón del incendio. Al menos ahora sé dónde estaba el explosivo faltante.
A lo lejos, veo a Alessandro haciendo algunas llamadas. Su expresión es grave y decidida. Probablemente esté hablando con una mujer de la inmobiliaria para comprar una nueva residencia lo más pronto posible. La ventaja de ser mafioso es que tiene acceso a enormes cantidades de dinero y conexiones, lo que facilita conseguir una nueva mansión rápidamente.
Mi mente se llena de recuerdos mientras observo la mansión en llamas. Este lugar, que una vez fue nuestro refugio, ahora está reducido a escombros. Pienso en todas las noches que pasamos aquí, en las risas y los momentos de felicidad. Pero también pienso en el peligro constante que nos rodea, en las amenazas que siempre están acechando.
Dylan se sienta a mi lado, su mirada fija en la mansión.
—Nunca pensé que llegaríamos a esto —dice en voz baja, casi para sí mismo—.
—Yo tampoco —respondo, sintiendo una mezcla de tristeza y alivio—.
De repente, un paramédico se acerca a nosotros.
—¿Están bien? —pregunta, su voz llena de preocupación—.
—Sí, estamos bien —responde Dylan, asintiendo—. Solo estamos un poco aturdidos por todo esto.
El paramédico asiente y se aleja para seguir atendiendo a los heridos. Veo cómo Alessandro se dirige hacia nosotros, su expresión sigue siendo seria, pero al vernos, sus ojos se suavizan un poco.
—Hablé con la inmobiliaria —dice—. Tenemos una nueva residencia asegurada. Nos mudaremos en cuanto sea posible.
Asiento, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza. Este lugar tenía muchos recuerdos, pero ahora debemos seguir adelante, encontrar un nuevo hogar y asegurarnos de que estemos a salvo.
—¿Cómo te sientes? —me pregunta Alessandro, acercándose para tomar mi mano—.
—Mejor ahora que estás aquí —respondo, apretando su mano—.
Nos quedamos en silencio, observando las llamas mientras los bomberos continúan su lucha contra el fuego. A pesar de todo, sé que mientras estemos juntos, podremos superar cualquier obstáculo. La caída de Pandora es solo el comienzo de una nueva etapa en nuestras vidas.
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La Sombra Del Anillo
RomanceAl despertar la mañana siguiente, Mia se encuentra en una habitación desconocida, compartiendo la cama con el hombre del bar. La sorpresa no termina ahí: ambos llevan argollas de matrimonio en sus dedos. Desconcertada y con resaca, intenta recordar...