Capítulo 3: Tú y yo.

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—No puedo creer todo esto que me cuentas —Lo miré incrédula —No puedo creer que prefirieras que te odiara antes de que te demostrara todo el amor que siento por ti —Una lágrima corrió por mi mejilla.

—Jane, entiende que si te contaba ibas a ir corriendo hacia mí, y no podía permitir que te infectaras con esa enfermedad que se lleva más personas de las que deja viva, ni que me vieras en ese estado deplorable en el que una vez vencida me dejó.

—¿Y luego? Pasaron muchos años, Theon, años en lo que creí que me habías abandonado como aquel hombre cuyo nombre me da náuseas pronunciar.

—No iba a dejar que vivieras con un hombre lleno de excesos, que me maltrataba a mí, que soy su hijo varón tan preciado. No iba a dejar que vieras todo el desastre que ese hombre ocasionó, un desastre que casi nos dejó en la ruina. No iba a dejar que tú… —Sostuvo mis manos con delicadeza —Mi hermana del alma, recibieras el más mínimo insulto de sus labios apestantes a alcohol.

     Si bien no podía perdonarle que no me contara antes todo el infierno que había vivido, no podía juzgarlo por querer protegerme de aquel monstruo, que gracias a Dios había muerto.

—Te perdono Theon, no puedo estar molesta contigo, y doy gracias a Dios que nuestro infierno finalmente acabó. —Lo abracé fuerte, sentí nuevamente sus brazos protectores, su abrazo cálido y cariñoso.

—A partir de ahora solo somos tú y yo contra el mundo, Jane —Lo miré a los ojos.

—Y vamos a hacer que nuestro apellido sea nuevamente un nombre digno, como seguramente una vez lo fue. —Le aseguré.

—Todo estos años de esfuerzo valdrán la pena, mi pequeña zanahoria —Sonreí, pues creí que nunca más escucharía ese apodo. —Ahora llegarás a un hogar digno de ti —El ruido de la puerta abriéndose nos obligó a mirar en esa dirección.

—Niños, si no salimos ahora nos agarrará la noche en el camino —Era nuestra tía Margaret, quien habló con dulzura, así como se supone que una madre le habla a sus hijos.

Theon nos sostuvo a ambas de las manos y nos miró a los ojos con felicidad.

—Ambas llegarán a un hogar digno de ustedes —Afirmó y nos abrazó fuerte a las dos —Las extrañé tanto —Comenzamos a llorar.

Mientras tanto, en Londres…

  Diario de la sociedad: “Las notas de un ruiseñor”.

Londres, 22 de abril de 1813.

 
    Queridos lectores, el invierno por fin ha acabado. Los días tristes finalmente llegaron a su final, y con ellos se fue el vizconde Edmund Chadburn, dándole sucesión a su único heredero varón, Theon Chadburn. Mismo joven que luchó contra la muerte en dos ocasiones, y que de ambas salió ileso. A todas estas me pregunto si el nuevo Lord Chadburn comenzará a buscar una esposa, y si es así, ¿podrá acabar con la maldición de las vizcondezas? Espero confirmarlo pronto en esta nueva temporada, y espero ver con ansias a la valiente que se va a arriesgar para llevar a cabo tan difícil tarea.

Se dice que el nuevo vizconde Chadburn viajó a su propiedad en el campo para traer consigo a su hermana; una joven hermosa, cuya belleza es diferente a todas las que hemos visto. Esta joven aún no está en el mercado matrimonial, pero su humilde escritora desea con ansias conocer su futuro. Nadie sabe nada de ella, pero yo sé un importante dato que todos deben conocer… Muy pronto Londres y el condado de Fairytale estarán brillando con la llegada de: Lady Jane.

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Hola, hola.

Y sí, mis queridos lectores, soy fan de los Bridgerton, así que claro que tenía que existir una revista de chismes. Pero no se preocupen, la historia no girará en torno a ella.

Nuestra Jane casi comienza su nueva vida. Les prometo que estará llena de giros inesperados y mucho romance.

Se despide: Lady Claudia.

JaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora