ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 3: ᴡɪɴs

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Capítulo 3: Pretty Red

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Capítulo 3: Pretty Red


Carlos se separó lentamente del cuerpo contrario, ambos se miraban sorprendidos, Charles suspiro, no sabiendo qué decir, aunque tampoco pudo decir mucho, pues el morocho le tomó de una mano, invitándole a caminar, le siguió en silencio y con las mejillas rojizas, apretando un poco el agarre sobre su mano.

──¿Vamos por un café?──pregunta de repente el español, una vez salieron del callejón.

──¿Hum?, si── Charles recupera su compostura, toma algo de aire mientras siente las pequeñas gotas aun cayendo sobre sí, dándose cuenta de que Carlos está igual de mojado que el──oh podríamos ir a casa, a... secarnos──opina y el morocho comienza a reír.

──Pues sí, eso estaría jodidamente bien──murmura el mayor── mi cuerpo te lo agradecería y posiblemente mi salud también.

Charles asiente y con una mano hace parar un taxi, el camino a casa de Joseph y Sarah fue algo corto y silencioso, pero muy cómodo, Carlos sonrió otro poco, viendo que sus manos entrelazadas, Charles no había hablado del tema, pero el madrileño juzgaba que por el sonrojo que el castaño aún tenía sobre sus mejillas era prueba suficiente como para saber que seguía pensando en ello, mordió sus labios, esperaba que nada de lo que haya pasado retrasen su futuro junto al menor, pero, para que el castaño saliera así de la oficina, significaba que Alex había perdido pan y pedazo.

Cuando llegaron fueron recibido por Sarah, quien después de ellos se hayan bañado y cambiado, esta, amorosamente, les dio un almuerzo bastante rico, aun así, a pesar del tiempo pasado, era bastante temprano, por lo que ambos decidieron salir a recorrer cerca de la casa, donde Charles aprovecho de comprar algunas cosas para su hijo, así como para Lewis y George, Carlos ayudaba en todo lo que podía al castaño, satisfecho ante la idea de que parecían una pareja establecida.

Ya en la noche, cuando regresaron y no comieron con el matrimonio Saint, debido a que cenaron afuera, fue en el cuarto, después de ver los regalos para Leo, donde Charles finalmente cayó cansado en la almohada debido al largo día, por lo que después de una ducha rápida, el menor a la media hora ya estaba completamente dormido, Carlos pasó horas mirando al castaño, sus pequeños movimientos para acoplarse mejor a la cama, su mirada marrón llena de adoración no se quitaba del cuerpo del monegasco, con paso tranquilo se colocó al costado del menor, sonriendo al sentir el aroma de este, con mucha delicadeza, el mayor besaba la cara del castaño, deteniéndose cuando este se removía, paso así hasta que supo que era hora de ir a dormir, por lo que a los minutos y casi a regañadientes fue a su propia cama a dormir.

Leo miraba curioso al hombre frente a él, sus tíos, le miraban divertidos, en especial George, quien le decía que se acercara al mayor, por su parte, este le sonreía de medio lado y le estiraba la mano en modo de saludo, el castaño menor sonrió, como solo un niño de ocho años podía sonreír, mucho más cuando la actitud de la persona delante de si era agradable.

ᴛʜᴇ ʀᴇsɪᴅᴇɴᴛ - ᴄʜᴀʀʟᴏs Donde viven las historias. Descúbrelo ahora