II

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Marsh Danielle

Sería una mentira decir que pude dormir anoche. Me la pasé pensando en Haerin, recién ayer comencé a notar su raro comportamiento, o sea, no lo sé, es muy cercana a Jennie y se parecen, pero... Jennie no da esas vibras malas y frías. En serio, Kang me da miedo. Pero me causa curiosidad.
Ayer estaban hablando con Jennie de ir al ginecólogo, se vio preocupada ante ello, así que hice algo por la noche, no sé si estuvo bien realmente.
Anoche, me infiltré en su cuarto, gateé hacia su mesita de noche, mi respiración estaba acelerada y yo sudaba, rezaba para que ninguna de las tres se levantase. Gateé lentamente y sigilosamente hacia la mesa de noche de Hae, dejé un sobre en tal. ¿Qué tenía? Diez mil wones, miré a Haerin y vi sus ojos abiertos, mirándome fijamente.

— Mierda —jadeé un poquito alto, pero Haerin me tapó la boca—. Cierra el puto culo.

De esas me gustan, vulgares.

Saqué la mano de Kang de mi boca y me quise alejar de ella, pero ella se levantó y se paró, luego me tomó del brazo y me jaló hacia arriba para levantarme—. ¡Suéltame, Haerin! —jadeé pero no tan alto, no quería despertar a las otras, aunque estaba segura que ya estaban oyendo todo.

— ¿Qué mierda crees que haces, eh? ¿Te doy pena? Me alegra, pero no quiero tu mugrero dinero —jadeó ella presionándome contra la pared y sosteniendo mi brazo—. Hae, me lastimas, para ya.

— ¡Un maldito culo, Danielle! ¿Qué quieres? Hoy me observaste y luego viniste aquí.

— Dejen de gritar —jadeó una Hanni somnolienta, sin embargo, Jennie encendió su mesita de noche y se levantó.

— ¿Qué haces, Haerin? —Jennie tomó a Haerin del brazo y la apartó, luego me tomó de la mano.

— ¡Esta idiota me dio su dinero! ¡Me vio cara de pobre!

— ¡No, sólo quería ayudarte! Te vi preocupada por lo del ginecólogo y... supuse que ya no eras virgen y...

— ¡C-Claro que soy virgen! ¿Qué te pasa? ¿Eh? — tragué saliva y Haerin suspiró tras notar su tono de voz.

— Perdóname, lamento haberte tratado así —dijo ella, pero yo ya estaba asustada.

Jennie suspiró y tomó mi mano, cosa que Haerin notó y, al parecer, le molestó, porque las separó.

— Vete ya, Danielle —dijo Haerin casi como dando una orden.

— Ya, perdóname, quédate con el dinero si quieres, me da igual.

Jennie sonrió y me dirigió a la salida, luego abrió la puerta y yo salí—. Perdónala, ella no está pasando por un buen momento.

— Pero no le hice nada.

— Lo sé, ella es así, discúlpala.

Sonreí y saludé a Jennie con la mano, luego me fui a mi cuarto, el cual compartía con Roseanne, Minji y Winter.

— ¿Qué haces a estas horas, Danielle? —preguntó Minji—. La cagué jodidamente mal.

— ¡¿Chisme he oído?! —gritó Winter, incluso despertando a Roseanne.

— Son las cuatro de la mañana, pero el chisme never waiting.

— Quise ir a dejarle dinero a Haerin porque ayer oí que hoy irían al ginecólogo con Jennie, pero ella me trató mal y me dijo de todo, hasta despertó a Jen.

— Hae es así, una cara de culo.

— Pobrecita, no hables así de ella, es buena gente —dijo Winter.

— ¿Tú que sabes?

— Me lo dijo Jen.

— ¡Yo quiero ser su amiga, pero no sé que tiene conmigo, me detesta!

— Y si vendría Hanni aquí gateando con dinero a mí también me daria miedo —dijo Rosé.

— Yo me la cogería —interrumpió Minji y todas la miramos y reímos—. ¡Minji Kim!

— ¡Pero si está bien sabrosa! ¡Tiene unas tetotas, un pelazo, una carota hermosa y es divina!

— Sí pues, pero tampoco te la cogerías.

— Nunca viste como se me para cuando la veo, ¿no? —dijo Minji.

Me callé y metí mis labios hacia dentro.

— A mí me gusta Jen, pero no sé que tal con ella... —exclamó Rosé.

— Yo salgo con Karina y no quiero coger con ella, por eso me odia —añadió Winter.

— No puede obligarte —dijo Minji—. ¡Lo sé, está loca!

— ¡Dejen de hablar de sus problemas y escuchenme que estamos hablando de mí! —grité, mis amigas rieron.

— Ya, igual es algo psicopata lo que haz hecho.

— ¡Pero ella realmente me interesa! Como amiga, obviously.

— ¡Entonces deja que el destino te la acerque!

— Chúpate las bolas, Roseanne —jadeé.

Me levanté para ir al baño, mañana le pediría disculpas a Haerin. Salí del área de cuartos y, cuando bajaba las escaleras, alguien me tocó el hombro—. ¿Puedo hablarte? —oí su voz y me quería matar, ahora me moriría de pena. Me di la vuelta y la miré.

— ¿Mhm?

— Gracias por el dinero, en serio lo necesito —dijo ella con una sonrisa para luego darme un abrazo, que obvio correspondí.

— Hae, ¿tú me odias?

Ella alzó las cejas—. ¿No? ¿Por qué?

— Por nada —sonreí y ella hizo lo mismo, creo que nunca la había visto sonreír.

Quise darme la vuelta para irme, pero ella habló—. Dan.

Me di la vuelta y ella me tomó del brazo para acercame, luego acercó tu cara a la mía—. ¿Cómo me caerías mal? Si eres hermosa —acabó dándome un beso en la comisura de los labios. ¿Qué mierda? Pensaba yo.

Dio el beso y su respiración tocaba mis labios, la sentía, ella me miró a los ojos y sonrió, me quedé helada, ella en serio era intimidante, por Dios. Luego soltó mi brazo y comenzó a subir las escaleras nuevamente, pestañeé y ella ya no estaba. Ok. Definitivamente iría al baño a lavarme la cara.

Nomi? } daerin [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora