renacido como caballero de junta sagrada

cap 46: con nara

Lezieune me confió Nara.

Bueno, los Scylla son una tribu en peligro de extinción, así que me habría ocupado de ellos de todos modos, incluso si ella no me lo hubiera pedido.

Aun así, cuando Lezieune, que también es la hermana mayor, dijo oficialmente que confiaría Nara a mi cuidado, me sentí aún más entusiasmada.

Después de acostar a Lezieune, salí de la mansión y regresé a la posada para decirle a Ada que la princesa Oni había concebido a salvo.

—Ya veo. Estaba preocupado porque no habías vuelto a casa en unos días, pero me alegra escuchar eso".

"Lo siento... Debería haberte informado de una forma u otra. Y ahora te he hecho perder el tiempo aquí..."

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"No, está bien. Quiero decir, no es que esté perdiendo por quedarme más tiempo, ya que hay muchas oportunidades de negocio por aquí. Al fin y al cabo, es parte de la capital real. De hecho, esta vez gané mucho dinero".

Ada sonríe orgullosa al decir esto.

Solo demuestra que es una vendedora ambulante con un fuerte espíritu empresarial.

"Pero tengo que irme a casa pronto. ¿Y tú, Alf? ¿Quieres venir conmigo?"

"Gracias, pero tengo que pasar. Todavía tengo algunos asuntos que atender".

—Ya veo. Buena suerte".

Después de despedirme de Ada, le pregunté al posadero si sabía dónde estaba Nara, y me dijeron que se quedaría en la mansión.

"¿Señorita Nara? Bueno, la señorita Nara es la asistente exclusiva de la princesa, por lo que es natural que tenga su propia habitación en la mansión".

After arriving at the mansion, I asked the maid where Nara was, to which she replied.

Normally, this place is off-limits to outsiders, but apparently, I already had some sort of 'free pass' from the events last time, so I was able to enter, or rather, I was even escorted to the front of a certain room.

Unlike the other rooms, this one had a wooden door instead of sliding doors or shoji screens typical of a traditional Japanese household. If you a re ab le to re ad t his mess age, yo u are rea ding fr om an unau tho rized ag grega te si te. Rea d at my Wo rdPr ess at sta bbi ng wi th a syr inge. h ome. blo g to su ppo rt me and my tr nsla ti ons.

I knocked on the door, and a response came from inside.

"It's Alfred."

"Come in."

When I opened the door and entered the room, I found that, like the door, the interior was also the same – a western-style room with wooden flooring instead of tatami mats.

It was a large room of about 20 tatamis (approx. 33 square meters), complete with cabinets and a desk.

At the back of the room, a bed could be seen.

"Wow, it's pretty tidy."

No, it is not so much tidy as it is extremely empty.

It also gave the impression that it had been cleaned up recently rather than being cleaned up on a regular basis.

"Nara, are you leaving?"

"Yes."

Nara answered with a sad smile.

"Big sis... she's now at where she's going to be fine without me."

A crestfallen Nara spoke this.

"Oh, come on, what are you talking about?" I rebuked. "You've been living together all this time, so why not stick together until the end?"