Entre las cumbres de mi silencio te sonrió tiernamente, dejando que cada parte mi cuerpo se compenetre al tuyo.
Aún en el silencio te escucho fuerte, ardiente, como en susurro.
Como si fuera un ritual me abrazo a tu sonrisa con los ojos cerrados.
Eres la brújula vikinga que marca el camino hacia el dorado, que me ilumina ardientemente y se cuela entre mis dedos.
Bastara rodearte con mis brazos para entender cómo se siente el verano.
Estar en vos es sostener el sol entre mis manos.
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Cartas que nunca envie - El Aquelarre de Lilith
PoesieCartas que nunca envié es un viaje íntimo a través de las palabras no dichas, un compendio de poesía, cartas y mensajes que nunca fui capaz de pronunciar. En este libro, comparto las confesiones y emociones que no tuve el valor de enviar, pero que a...