- ͙۪۪̥❛𝑬𝒍 𝑷𝒂𝒓𝒂í𝒔𝒐❜[T2] ͙۪۪̥◌ KOOKMIN

•-•°• 𝑬𝒑𝒊𝒔𝒐𝒅𝒊𝒐 ⓵⓵ •°•-•

Colaboración Especial: @MBlack_Swan

Ella se llama Melissa, es también una gran escritora, todos los créditos para ella de la Parte 1 y 2 de la Reconciliación. Hice algunas ayudas (• ̀ᴗ • ́) و ̑̑

Gracias infinitas Meli, estoy agradecida por tú ayuda y, por tú amistad.

Love You ♥

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ᖇEᑕOᑎᑕIᒪIᗩᑕIóᑎ ᑭᗩᖇTE 1

ᒍᑌᑎGKOOK

La bella y resplandeciente Luna se alzaba ante nosotros, reflejándose en los ensimismados ojos de Jimin, atentos y concentrados en el paisaje que se veía a través de la ventana.

La sonrisa y felicidad no desaparecía de sus labios gruesos, junto a las regordetas y rosadas mejillas. Sus hebras castañas se movían gracias al viento, dando a relucir cada una de sus expresiones.

Jimin entre muchos, portaba un físico exorbitante y natural.

Mi omega, a quien después de tantos problemas y lágrimas derramadas, finalmente podía llamarlo mío. Luego de un dolor casi mortal, lo tenía a mi lado, observando el apolíneo paisaje. 

De vez en cuando le doy miradas y sonrío, contagiado por su felicidad, y mientras que mi mano izquierda se encuentra en el volante, la derecha reposa en la suya, con la esperanza de que no se asuste ante mi acción.

Hace algunos minutos salimos del restaurante, y ahora nos encontrábamos de camino al Penthouse. Años, meses y días llenos de tensión y desgracias. Esperaba con ansias que esta noche finalmente todos esos problemas se solucionaran.

Anhelaba tener su cuerpo entre mis manos. Escuchar sus gemidos, y sentir como tiembla bajo mi tacto. 

El sexo con Jimin era apasionado y muy exótico, antes de que ocurriera todo, por lo que estoy seguro de que esa química aún seguía entre nosotros. Sin incluir que somos destinados.

Mi madre, se ofreció a cuidar a nuestros hijos por varios días, y mis pequeños traviesos les encantaba estar con su abuela. Este era el momento perfecto para intentarlo una vez más.

Jimin, al parecer nota mi mano sobre la suya, y voltea su cabeza en mi dirección. Me observa con atención, e incluso podría decir que con algo de incertidumbre. Sin embargo, eso no es impedimento para que dibuje una bella sonrisa en su rostro y afiance nuestro agarre con seguridad, como si jamás me fuera a soltar.

Recuesta su espalda a la parte trasera del asiento, y aún con su mirada en nuestras manos, entrelaza los dedos con los míos. Sonríe una vez más, y nuevamente me contagia.

Mi peculiaromega, al parecer no se da cuenta de que está liberando feromonas de felicidad,y a través de nuestro lazo, podía sentir su euforia. Mi lobo aulló internamenteal saber que aún provocábamos esas sensaciones en nuestro chico.

Mi corazón se agita, cual adolescente enamorado, al mismo tiempo que nos miramos, y rezo a la madre Luna, por no tener un accidente en medio de la carretera.

Inesperadamente su mano libera la mía, y me decepciono al creer que lo hice sentir incómodo.

No podía estar más equivocado.

Siento el tacto de sus dedos trepar lentamente desde mi rodilla, hasta terminar en mi entrepierna, en donde da un ligero apretón.

Agarrándome muy desprevenido por su acción, me desconcentro y sin querer muevo el volante en la dirección incorrecta, provocando que casi nos estrellemos contra otro del carril opuesto.