Quizás el padre de Megumi se estaba llevando toda la atención de cualquier alma solitaria de su colegio. Profesores, personal, compañeros y hasta sus escasos amigos preguntaban con una curiosidad notable si el señor Gojo estaba casado o siquiera con alguien, queriendo sobornarlo de distintas formas solo para que él dijera sus nombres en una conversación cotidiana de padre e hijo y que así, mágicamente, su padre se interesara en ellos, aunque ya sabía desde el principio que él no lo haría, porque por más que tomaba los sobornos, no los nombraba, porque no quería a su papá con nadie.
¿Y cómo había llegado a eso? Pues fue tan fácil como Satoru asistiendo a un acto escolar donde sus hijos serían cierto foco de atención. Tan solo con esa aparición y vistiendo de forma algo arreglada ─porque Gojo también disfrutaba hacerse el bonito y que lo miren─ y actuando como un padre orgulloso ─el cual es─ ya tenía mínimo seis ojos volteandolo a ver en cada instante que se oía su voz o sus aplausos hacia ellos, avergonzando de cierta forma a su hijo menor, quien terminó ese espectáculo con su rostro como un tomate y las palabras saliendo atropelladas de su boca, más fue su vergüenza cuando sus compañeras fueron corriendo a pedirle fotos al albino, quien posaba divertido ante ello sin ningún problema.
── Él realmente es una estrella. ── fue lo que su mejor amigo, Yuuji, había dicho ese día, dejando escapar un suspiro al final, por lo que lo vio sin entender muy bien qué fue eso.
── No me digas que también te le quieres echar encima porque estarías rompiéndome las pelotas, Yuu. ── resopló apretando el puente de su nariz, exasperado de tanto show por su tonto padre.
El pelirosa solamente rió y se limitó a responder un simple: ── No sabes lo que haría en una habitación a solas con él.
El azabache soltó un bufido, queriendo escapar de todo eso, ya que sabía lo que vendría después.
Y dicho y hecho, ya al otro día existía un club de fans de Gojo Satoru, quien lo perseguía hasta a los baños, pidiendo cualquier insignificante información sobre su padre, diciéndole piropos que harían poner orgulloso a cualquier viejo verde y albañil de la cuadra.Esas cosas de cierta forma podía soportarlas, pero lo que definitivamente no eran las bromas diarias y a cada momento de Yuuji. Mínimo hacía cuatro ante cada ciclo de sesenta minutos marcado en el reloj, lo que ya lo comenzaba a exasperar, queriendo coser su boca y que de una vez quitara el nombre de su padre de sus malditos labios bonitos y antojables.
Aunque su mejor amigo desde hace varios años ya conocía al famoso Gojo, había desarrollado una fascinación desde aquél momento, y verdaderamente no comprendía si era real o solo se había subido al colectivo de bromear sobre él para hacerle pasar vergüenza, no lo sabía, pero igual se quejaba y pedía por favor a dios que dejara de hacerlo porque su paciencia se estaba agotando de una forma acelerada.
Él estaba acostumbrado a tener al pelirosa merodeando por su casa, revisando sus cosas, comiendo su comida y usar su consola o su computadora, muchas veces se iba a dormir con él allí, despertando horas después y que Yuuji le esté preparando una merienda mientras ponía algo para ver en la televisión. Sí, estaba acostumbrado a ello, a lo que no era verlo charlar tan amistosamente con Satoru sin él presente, sentía la traición recorrer su pecho mientras lo veía sonreír por un chiste tonto del albino que ni gracia causaba.
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mamushi ★ itafushi
أدب الهواة❛ Yuuji⠀hace⠀bromas⠀sobre⠀que quiere follarse al padre de Megumi, pero en realidad quiere follarlo a él. ❜ ⠀𝗒𝗎𝗎'𝗌 𝗉𝗋𝗈𝗃𝖾𝖼𝗍⠀!⠀( #_ _) ⠀⠀⠀⠀18/O7/24