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Era ya medianoche y un calor le invadía el cuerpo, se sentía mareado, tenía la mente nublada por placer y una oleada de lujuria le invadía el cuerpo cada vez que su ropa le rozaba la piel, sentía sus pezones hinchados y su glándula de olor exigía. una marca

Ya iba por su tercer orgasmo pero su cuerpo necesitaba más

Tenía una idea vaga de cómo había acabado en el baño del lugar de hospedaje masturbándose pensando en la erección de Kageyama contra su trasero.

No pasaba frecuente pero estaba en esos celos intensos donde uno puede llegar a oler sus propias feromonas.

Había despertado empapado de sudor, con una dolorosa erección en sus pantalones de dormir, exudando feromonas.

Apenas y podía recordar su mañana.

"¡Bah!" Se quejó Suga "Vamos a pasar mañana y solo ganamos dos partidos"

"Del mismo modo Suga, lo que importa es el proceso y lo aprendido, ¿o no Hinata?"

Shoyo se la estaba pasando mal, los inhibidores no estaban funcionando bien, no olía pero todas las feromonas ajenas llegaban a él ya su Omega.

"Sí capitán" se obligó a contestar

"Bien dicho Hinata"

Se dio la media vuelta para seguir practicando su recepción

"Idiota" volvió a escuchar la voz de Kageyama

Viendo a su elevador cerca y no pudo evitar alejarse, de las feromonas de Tobio hacían que su Omega por alguna razón lo quisiera complacer.

Ni Shoyo ni su Omega eran muy complacientes, pero en cuanto a Kageyama se tratará, ambos estaban dispuestos a ceder.

moras azules

El olor llegó duro y directo, sus fosas nasales se empaparon del olor de Kageyama y su Omega no podía dejar de removerse, sus rodillas flaquearon y una oleada de algo lo invadió.

Hinata le mordió los labios y la mente de Kageyama no dejó pasar el gesto por alto.

"Quiero probar unas colocaciones, ¿Saltas?"

"Yo salto a dónde y en dónde mar"

De nueva la mente de Tobio, una imagen clara y nítida llegó a su mente

Hinata, con sudor brillante bajando por su pecho, su labio atrapado entre sus dientes, su cabello naranja hecho un desorden, sus ojos brillantes por el esperado orgasmo pero nublados por el placer, jadeando su nombre una y mil veces saltando arriba de él

El trasero de Shoyo subiendo y bajando, el sonido del choque de pieles que avisaba del aumento de velocidad y los gemidos de Hinata mientras buscaba su propio placer.

Sintió que su miembro palpitaba ante la idea de Hinata desnuda sobre él, tenía que ocupar su mente de inmediato o una posible erección comenzando a sobresalir de sus pantalones.

"Solo sígueme idiota"

Le caía sudor por la frente y tenía la respiración agitada, llevaban tiempo entrenando y cada vez perfeccionaban más la técnica.

Amistad, celos, olor a mandarina // KagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora