Hannibal cayó exhausto en su cama, después de casi 12 horas con perros y dueñas que trataban de invitarlo a salir, y ser perseguido por Winston cuando solo trató de darle de comer. No era fácil; llevaba dos días apenas y ya quería tirar la toalla. Su amado ladrón Will no había aparecido en esos días.
Hannibal quedó dormido completamente aunque su alarma sonó, haciéndolo bajar a desayunar de mala gana. Su tía Murasaki leía una revista sobre cómo decorar casas, su tío Robertus veía currículums de arquitectos y personal para su próximo proyecto.
Hannibal desayunó, o algo parecido, para luego subir y bañarse. Después de una larga rutina de baño, pues ese cabello no se cuidaba solo, y con un conjunto algo más fresco salió. Claro, en el refugio, veterinaria, spa canino, hotel y todo lo posible no todos los días se veía a un "gringo" trabajar.
Aunque Hannibal solo se arreglaba bien gracias a la esperanza de ver a su Will. Hannibal miró a Manson sentado sin interés alguno con los pies arriba de la mesa. Hannibal solo saludó a Alana y fue al patio donde bañaría a uno de los perros que sería adoptado.
-¿Princesa? -Hannibal leyó el nombre del perro en la tabla del historial de la pitbull, quien era antes un perro usado en peleas clandestinas. Hannibal abrió la compuerta dejando entrar a un pitbull negro enorme, con un pequeño moño rosa en la oreja izquierda y una cicatriz en el ojo derecho.
-H-hola Princesa -trató de no salir corriendo cuando miró a la imponente canina.
"Princesa" gruñó cuando miró a Hannibal, quien temblaba con una manguera en mano para poder bañar,a "Princesa". La pitbull retrocedió un poco y corrió hacia Hannibal, quien por el miedo no pudo ni moverse.
Y fue atacado brutalmente por la enorme pitbull... por besos y lamidas en la cara y frotándose en busca de cariños. Hannibal, en el suelo, reía por tan cariñosa pitbull. Su cara, camisa y pantalón quedaron embarrados gracias a tanto cariño.
Hannibal escuchó una risa que lo hizo levantarse. Era su amado ladrón, quien llevaba una camisa de un partido de fútbol, al parecer de un amarillo ya algo sucio gracias a trabajar en la obra, un pantalón de mezclilla muy roto y sucio, y unas botas que tenían restos de cemento.
-¿Que te asustó Princesa? -dijo Will riendo al ver al güerito rojo hasta las orejas con la pitbull tratando de llamar su atención.
-No, digo s-sí, jajaja. Es muy cariñosa... -Hannibal le dio un premio a la pitbull.
Will ríe un poco y va a la jaula de los perros viejos o discapacitados y se sentó a darles de comer. Hannibal miró a "Princesa" y se agachó.
-Por favor Princesa, solo hablaré con él unos minutos, lo prometo, y cuando regrese te bañaré y te daré mucho, mucho cariño, ¿sí? Y te dejaré hermosa para tu nuevo dueño-
La pitbull meneó su rabito de cola y se fue a echar a una sombra. Hannibal trató de arreglar un poco su aspecto, pero era inútil.
-A-así que tú eres Willberto? -dijo el joven Lecter tras la reja, mientras Winston gruñía y Will estaba sentado rodeado de los canes.
Will miró a Hannibal -Simón, carnal, Willberto. ¿Pa' qué soy bueno? -dijo mientras aventaba un premio a Winston, quien rápidamente fue con Will.
-¿C-cómo haces que Winston te quiera tanto? -Hannibal preguntó.
Will pensó un poco y encogió de hombros -Supongo que ambos sabemos qué es sufrir... -Willberto miró en la pata de Winston una herida, seguro una cortada debido a un golpe muy duro.
Will se levantó y salió del pequeño espacio para los perros "rechazados", cargó su mochila de princesas ya bastante gastada y entró al patio donde Princesa estaba esperando pacientemente a Hannibal para que le diera su baño.
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Las aventuras de mi barrio, por Guillermo Williberto Graham
FanficEsta historia es desde mi nacido México con experiencias y lenguaje de nuestro amado tercer mundo ,si alguien se siente ofendido dele pa fuera mi loco. inspirada gracias en la historia de "bienvenido al rancho" de Space of fics y mi amiga Bunny Lect...