Paso un día desde que Roxy volvió, ya estando a otro día mas para volver al laberinto, quede con Roxy para entrenar hoy en la mañana sobre la magia. Me desperté junto a mi madre, Lillia, estos días estuve un poco mas cercano con ella, en si ella era la que me hablaba primero, obvio, era su hijo y no me ha visto durante años y ademas que en mi niñez no simpatice mucho con ella al no interesarme o verla como una verdadera madre.
"Tan temprano? Para donde vas?"
Debido al movimiento desperté a Lillia, esta se rascaba los ojos tratando de buscar sus lentes. Parándome de la cama la mire de reojo diciéndole que solo iba a salir un rato a despejarme, ella algo dudosa solo asintió para volver a caer ante el sueño.
Me di un rápido baño y me aliste lo necesario para tratar de entrenar cómodamente, salí sin mi traje para estar mas liviano, llevando una camisa de tela ligera y un pantalón parecido a un deportivo salí del establecimiento dirigiéndome hacia el lugar indicado.
En lo que caminaba notaba como el sol apenas estaba saliendo, soltando un suspiro seguí mi camino hasta una área despejada, parecía unas ruinas abandonas llenas de arena y montañas, y ahí estaba, lo que parecía una niña sentada en una de las rocas de la zona, sosteniéndose duras penas de su bastón y un pequeño hilo de baba salia de su boca, estaba dormida.
Sin tratar de hacer mucho ruido camine en silencio hasta sentarme a un lado de ella, acercándome lo suficiente me acomode lo que pude para poder agarrar con cuidado su bastón y cabeza y apoyarla sobre mi hombro, al parecer funciono ya que no se despertó y solo soltó un pequeño quejido de sueño.
"Si que te has esforzado..."
Recordando hace unas horas, después de haber hablado y aclarado donde seria el entrenamiento, se le podía ver que estaba cansada, había estado todo el resto de la tarde estudiando en la biblioteca.
En la madrugada estando a unas pocas de levantarme para ir con Roxy, me levante a por un vaso de agua, nuestros cuartos estaban seguidos, así que era fácil escuchar o ver que hacían los demás, el cuarto de Roxy estaba a unos cuantos metros del mio, al pasar por un lado pude escuchar su voz.
Con curiosidad me asome por la puerta la cual no estaba cerrada, al ver me percate que Roxy tenia cabeza tirada en la pequeña mesa que tenia el cuarto, a su alrededor varios libros de laberintos y portales, se había dormido del cansancio.
No entendía por que se esforzaba tanto, era algo de lo que le tenia agradecido y que algún día me gustaría recompensarle.
"Ehmm...?"
Paso una hora mas desde que había apoyado a Roxy en mi hombro, a los segundos ella se despertó tratando de entender que estaba pasando, rascándose los ojos con gentileza a la vez que trataba de taparse de la luz del sol que ya estaba alumbrando fuertemente, con un fuerte estiron y ya de haber acabado de rascarse los ojos llevo su mirada a un lado suyo.
"Dairis?"
"Si?"
Susurro, yo que tenia una pequeña sonrisa trataba de atenderla, un gran sonrojo y un fuerte tartamudeo se notaron en Roxy, en un rápido movimiento se levanto y se aparto de mi tratando de acomodarse.
"P...Perdón, no se que paso..."
Trate de calmar su vergüenza al haberla tenido así, por mi me gustaría que durmiera otro rato, después de todo lo que ha hecho preferiría que descansara. Ya después de un rato donde hablamos un poco y unas disculpas por parte de Roxy ella procedió a enseñarme las bases de la magia, gracias a que estudie en si el principio de la magia cuando era niño me fue fácil volver a entender el arte.
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La Oveja Roja (Mushoku Tensei)
FanfictionFanfic isekai básico de Mushoku Dairis es un joven de 18 años normal y corriente que estudia y se la pasa en la casa jugando video juegos, un día simplemente desaparece de su mundo para aparecer junto a su nueva familia