Capítulo 4:

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Llegamos sonando la campana que informaba que se había acabado el primer turno de clases, por lo que recibimos varios regaños del profesor y una tarea extra clase como castigo.

Los próximos turnos si llegamos a tiempo, lo raro es que no vimos a Thiago en ningún rincón de la escuela ni de los salones y eso que Ava estaba muy interesada en verlo.

Pasamos a la cafetería por nuestros almuerzos y parece que no va a haber un día donde podamos comer sin que nos dé un paro cardíaco, Steban viene en nuestra dirección y se apoderan los nervios de mí. 

–Natya, estás mejor –me pregunta mirándome de arriba abajo provocando que mi cara se torne roja.

–Si, ya… me siento bien, solo fue el calor –miento.

Parece no creerme del todo pero si le contara la verdad ahí si pensaría que me volví loca, además mientras menos personas estén involucradas va a ser mucho mejor.

–Si quieres podemos ir juntos a la clase de música – me dice mostrándome una sonrisa perfecta, pareciera sacado de un libro.

– Bueno, si no es molestia está bien.

–Está bien, termino aquí y paso por ti.

Se va hacia su mesa y nosotras hacemos lo mismo, quedándome emocionada y a la vez molesta conmigo misma por no reaccionar como una persona normal.

–Ava crees que fui muy seca, pensará que me da igual y creo que no es lo que siento, es todo muy confuso.

–Bueno tratándolo así sinceramente pensará que te da igual…– dice llevándose la malteada a la boca– o que tienes problema en el habla por tanto balbuceo – empieza a reírse en mi cara como si no fuera un tema serio y yo le pongo mala cara– Ok ok, ya sin bromas, si estás confundida bueno aprovecha esta tarde que van a estar juntos a ver si aclaras esa cabecita– me da con el índice en la sien.  

–Si eso haré, pero que tienes tú, te noto apagada– la miro y no es la misma que siempre está sonriente a pesar de que sea un mal día.

–No se Nas, tengo un mal presentimiento, se siente todo muy raro, sabes que siempre ando percatándome de las vibras y hay algo diferente en el ambiente.

Ava es de las chicas que se fijan en el más mínimo detalle, las vibras, el horóscopo y cuando tiene un presentimiento siempre lleva la razón.

–Bueno lo que sea sabes que no estamos solas, nos tenemos la una a la otra –tomo su mano y seguimos en silencio terminando nuestro almuerzo.

Al rato pasa Steban por mí y nos dirigimos al teatro de la escuela, donde vamos a ensayar para la obra del lunes.

Muy pocas veces he tocado en público, solo lo hacía con mis padres de público en nuestra casa de la ciudad, eran mis fans número 1, extraño esos tiempos donde todo estaba aparentemente bien.

Aquí no tengo piano y tampoco podría comprarlo, salen muy caros para el poco salario que le pagan a mi madre, así que solo puedo practicar aquí en el teatro del colegio.

–¿Estás nerviosa? – me pregunta Steban para romper la tensión.

–Solo un poco, es la primera vez que tocaría para alguien que no fueran mis padres, pero a la vez "Clair de lune" es una de mis piezas favoritas.

–Si es muy bonita y no tengas miedo, tocas muy bien.

Así que tocas muy bien ;)

Ya empezamos con esta conciencia metiche, esta es mi narración no te metas.

–Gracias, pero tú tocas mucho mejor el piano –le digo y gracias que hablo esta vez con fluidez.

Abrimos las puertas y entramos al teatro, es un espacio mediano, con ocho filas, un escenario grande donde varios focos lo alumbran. Los colores que predominan son el negro y el rojo y a pesar de no tener tantos lujos es muy acogedor.

Espejos del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora