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- Nosotros saldremos un momento chicos, cualquier cosa saben a quien llamar

- Martha, los chicos no son unos niños, ellos pueden cuidarse ¿verdad?

- Claro, ustedes vaya hagan sus cosas, no se preocupen que Dami y yo estaremos aquí cuidando ¡los queremos!

Sin esperar respuesta cerraría la puerta no si antes asegurarse que se hubieran ido, corría de regreso hacía el sofá tirándose a los brazos de un ojiverde que sonríe al ser abrazado.

- Por fin solos nosotros dos, sin deberes que hacer sin pendientes

- Estas equivocado cariño, aun te falta limpiar el granero, recuerda que se metieron las vacas por tu culpa y como tal te tocaba limpiar

Colocaba un sombrero al contrario dejándole empujón para que salga de sus brazos, empezando a guiarlo hacía su destino que era el granero, podría escuchar quejidos provenientes de Kon, soltaría unas risa al verlos actuar tan tierno

- Vamos, no pongas esa cara que estaré ayudándote a limpiar, así que mantente serio y concéntrate

- Lo haré por que quiero ir al pueblo contigo, comer un delicioso fideo de pato

- Fideos de pato, pato te daré sino empiezas a limpiar

Tomados de la mano salían del hogar dejando que el sol cayera sobre ellos, poniéndose unos guantes Kon empezaba con su labor de limpiar, mientras damian daba su apoyo diciéndole donde quedaba suciedad o donde estaba dejando lugares sucio, pasando treinta minutos entre risas, quejas y besos se detenían tomando un descanso

- Que trabajador eres

- Este trabajador merece un beso o miles besos, no crees lindura

- Te los daría sino tuvieras ese olor a vaca, apestas Conner, ni te acerques ¡no lo hagas!

Sin tomarle importancia a la advertencia acerca tomando al menor sobre la cintura pegándolo hacia él, robandole besos restriega haciendo que huela su aroma mientras el menor intentaba quitarlo de encima, dando pasos hacia atrás sin fijarse donde pisaba

- Siente mi aroma, es el aroma del amor

- Que amor ni que nada ¡kon quítate hueles horrible!

Más que intentaba quitarlo no podía hacerlo, ríe poniendo las manos sobre el pecho del mayor, besa la mejilla del ojiazul pasando hacia la otra mejilla hasta llegar a los labios donde empezarían con un beso suave sin pasar a lo agresivo ni posesivo, kon sujetaba la cintura del menor mientras damian seguía sujetándose del cuello, nada podía romper su mundo o eso pensaban.

- ¡¡Damian!! venimos a verlos ¡kon mamá a traído pastel!

Escuchando cada vez más cercas la voz de Kent menor se separaban limpiándose los labios volviendo a su trabajo, actuando lo más normales, un portazo era lo último que escucharon al ver a Jon entrar seguido de sus padres

.˚ 𝗌𝗍α𝗋 ᡣ𐭩 .˚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora