Sentimientos

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Los dos chicos se encontraban en la habitación del mayor comiendo a gusto, era su pequeña cena se podria decir.

Antes de empezar a comer Aquino miro a su amigo y le pregunto..

Aquino: Oye Duxo.. ¿Puedo.. sacarme el cubrebocas..? -dijo algo inseguro-

Duxo: ¡Claro! Yo no tengo problema..

El castaño se sintió feliz, una mezcla de sentimientos los cuales el no podía explicar con claridad.

El ojimiel se sacó el cubrebocas mostrando una cicatriz de quemadura algo grande que cubría la mitad de su labio hasta la parte inferior de su mejilla derecha.

El pelivioleta al ver eso sintió un ardor en sus mejillas, veía a Aquino algo maravilloso con o sin cubrebocas.

Duxo: ¡Hey! Igual estás bonito y atractivo..

Aquino: ¿Enserio..?

Duxo: Si, te ves bien así.. -dijo mientras le sonreía con una sonrisa boba-

Aquino: gracias, supongo..

Ahora el castaño se encontraba en su casa, al final solo había ido a cenar y pasar el rato donde su amigo.

"Todavía puedo oler su perfume.."

Pensó el castaño el cual estaba tirado en su cama viendo el techo con música de fondo, realmente se dió cuenta que estaba amando al de ojos lilas, aunque un miedo estaba presente, si le decía podría perder su amistad.

...

Por otro lado el pelivioleta estaba en su cuarto cantando y bailando como nunca, música de fondo a un "gran" volumen como había dicho su hermana, aunque no le importo en lo más absoluto. Cavetown, las canciones que escuchaba de esa banda a la cual amaba demasiado hacían que se sintiera vivo. Cualquier canción de amor de Cavetown le recordaba al chico que le interesó a primera vista, lo recordaba como si hubiera sido el día anterior..

El azabache caminaba tranquilo por la secundaria, tenía su skate en la mano, su chompa oscura que le llegaba a la cadera, sus pantalones anchos que tapaban un poco sus zapatillas moradas, su pelo indomable como siempre y con el gorro de la chompa ...

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El azabache caminaba tranquilo por la secundaria, tenía su skate en la mano, su chompa oscura que le llegaba a la cadera, sus pantalones anchos que tapaban un poco sus zapatillas moradas, su pelo indomable como siempre y con el gorro de la chompa puesto.

Se veía como el quería, las chicas lo miraban murmurando entre ellas, no le importaba si lo halagaban o hablaban mal de el. Su paso era lento, tranquilo, de repente para de golpe al ver a un chico de cabello castaño, ojos miel, con un cubrebocas, zapatillas rojas y el uniforme de actividad física en el gimnasio practicando basquetbol entusiasmado con más chicos de su equipo, habían ganado.

Duxo sintió como la sangre llegaba a sus mejillas, siempre sintió atracción hacia los hombres, bueno a todos pero en especial a los chicos. Aunque ese día fue diferente, con tan solo ver al chico cuyo nombre no sabía, sintió como su vida dió vueltas, empezó a caminar rápido hacia otro lugar para olvidarse de ese sentimiento tan repentino.

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