Un matrimonio por conveniencia, un secreto que podría destruirlo todo, y un amor que nunca debió ser. ¿Puede la suerte convertir lo imposible en realidad?
Hyunjin estaba sentado, con la mirada perdida, mientras intentaba entender el caos en su vida. Había estado reflexionando sobre muchas cosas, pero en realidad lo que ocupaba su mente era cómo terminar su tarea. Lo importante no era la absurda conversación que había tenido con su madre minutos atrás.
-¿Por qué necesito casarme a los 20 años? -pensó en voz alta mientras apoyaba su cabeza en las manos-. Ni siquiera estoy listo. Todavía estoy en la universidad y quiero seguir disfrutando de mi vida.
El silencio de la habitación fue interrumpido por los gritos de su hermana Yeji, quien entró sin previo aviso.
-¡Hyunjin, maldita sea, ponme atención! -exclamó mientras lo sacudía.
Hyunjin dio un respingo y llevó una mano a su pecho.
-¡Dios, Yeji! ¡Me asustaste! ¿Qué tal si primero tocas la puerta? -dijo, indignado.
-Claro que toqué y también grite, pero tú no contestabas, así que me preocupé -replicó ella con un gesto dramático.
-Perdón, estaba pensando en lo que dijo mamá. Sabes que cuando me concentro me pierdo totalmente -explicó Hyunjin, mientras se relajaba.
Yeji asintió con comprensión.
-Lo sé, pero, ¿ya tienes en mente quién podría ser tu futuro esposo?
-¡No! -respondía exasperado mientras se pasaba las manos por el rostro-. Mamá me dio hasta diciembre, y estamos en julio. ¡Es imposible encontrar a alguien!
Yeji lo abrazó suavemente y le acarició la espalda.
-Tranquilo, Hyun. Estoy segura de que encontrarás a alguien. Al final, papá y abuelo siempre quisieron esto para ti.
Hyunjin suspiró, sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Lo sé, pero no siento que sea mi momento. Era algo que planeaba para el futuro, no ahora. ¿Por qué tuvo que pasar ese accidente?
Yeji también se entristeció.
-Papá nos quiso a ambos. Y sí, me duele también, pero recuerda que todo pasa por algo. Por algo te dejó la empresa a ti.
Hyunjin negó con la cabeza.
-Eso es lo que me molesta. ¿Por qué no te la dejó a ti? ¿Fue por su pelea contigo?
-Ya sabes por qué, Hyunjin. Me casé con el hijo del hombre que él odiaba, pero eso no significa que no me quisiera -dijo Yeji con una sonrisa triste-. Ahora, dejemos de pensar en eso. ¿Cuál es tu plan?
Hyunjin se levantó con una determinación renovada y sonrió con valentía.
-Cuando regrese al colegio, hablaré con mis amigos y juntos encontraré a alguien. De que me caso para diciembre, me caso.
Yeji aplaudió, orgullosa.
-¡Ese es mi hermano!
La energía de Hyunjin se renovó al pensar en sus amigos. Sabía que ellos siempre lo apoyaban, aunque también lo molestaban cuando tenían la oportunidad. Sin embargo, en el fondo, eran su mayor soporte emocional.
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