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Y el pitido final daba el cierre de un emocionante clásico cuyo marcador una vez más quedó a favor de los culés. En el vestuario merengue todos se veían con decepción, Sergio Ramos fue el primero en irse, le siguió Mesut Özil y así poco a poco se retiraban los jugadores.
Iker que estaba en toalla secándose el cabello vio desde el espejo de su casilla que la estrella portuguesa todavía seguía con su uniforme.
—¿No vas a ducharte?—pronto cerrarán el estadio y no puedes quedarte todo el día en el Bernabéu—bromeo el capitán mientras se aplicaba desodorante

Cristiano se levantó completamente decepcionado y sin mirar a su capitán fue a encerrarse en el baño. Por otra parte en el vestuario visitante había una fiesta, no solo habían vuelto a ganar un clásico, sino también habían hecho que el Madrid este a 7 puntos de la Liga, en un par de jornadas más serían campeones.
Piqué y Dani eran los que más celebraban, ambos sacudiendo a la pulga de un lado al otro.
—Campeones, Campeones, Oe, Oe, Oe-gritaban todos al unisono mientras empujaban amigablemente al astro argentino.
—Bueno, ya parenla, que me están mareando con tanto baile—se quejo el argentino
—Bueno Messi, disfruta un poquito ¡Que somos campeones!—animo el capitán de cabellos rizados.

El rosarino se soltó del abrazo de sus compañeros y se dirigió a la salida, tomo su auto y manejo hasta su hogar.
En su lugar desde que salió de su ducha, Cristiano decidió ir a una discoteca, Sergio había organizado una fiesta para subir los ánimos de sus compañeros, pero ni con todo el color de las luces junto a la buena vibra de los fiesteros pudieron levantar su ánimo.

La pacífica noche y el silencio absoluto tragaba cualquier rastro de despreocupación y solo quedaba sumergirse en sus inseguridades. Lionel de un tiempo atrás comenzaba a tener insomnio y esa noche no fue la excepción, y no podía conciliar el sueño cuando estaba seguro de escuchar pasos y ruidos en el primer piso.

—¡Déjame aquí!—ordenó el luso al taxista mientras se bajaba al pie de la casa del argentino

Con toda la rabia y frustración que sentía comenzó a destrozar la puerta trasera, queriendo ingresar a la propiedad privada. Messi debatía ¿Debería averiguar quién era el pelotudo que no le estaba dejando dormir? El impacto de la puerta cayendo al suelo despertaron todas su alertas, con linterna en mano bajo cautelosamente las escaleras, se escondió en un rincón de la cocina tragando seco y apretando sus ojos.

Para el portugués no fue difícil encontrar a su nemesis, solo un idiota se esconderia con la linterna encendida.
Cuando encaro a su enemigo la furia en sus ojos y el ambiente era palpable, su respiración agitada junto con sus puños apretados no hacía más que antelar lo que posiblemente sería una pelea...

—¿Porque estás llorando, Cris?—pregunto consternado mientras ponía sus manos en los anchos hombros del bronceado

—¡Porque es difícil! ¿De acuerdo? ¡Es difícil que me comparen contigo e intentar competir con tus habilidades... Estoy cansado de dejar lo mejor de mi en la cancha y que tú equipo de tramposos lo arruinen siempre!

Ambos se quedaron en silencio, el más bajo por lo que acababa de escuchar y el más alto porque al fin podía decirle sus verdades al que creía que era su enemigo

—Deberia golpearte—Lio contuvo el aliento estupefacto—No podría hacerlo... Perdóname Lío, yo estaba muy cabreado—se disculpo mientras rozaba sus labios con los del castaño

—Deberia llamar a la policia-susurro el argentino—Irrumpes en mi casa, dañas una puerta, me insultas y ¿Ahora quieres que te bese?—bromeo mientras se alejaba del luso—Vete a tu casa, Cristiano-reto empujando al portugués

—Pequeña mierda—insulto juguetonamente acercando al argentino a su pecho mientras metía su mano por debajo de su camiseta

Sergio se acercó junto con Özil a Karim, el francés tomaba un vino mientras revisaba su celular

—Oye tío... Ya se que te gusta la fiesta ¿Pero tú no piensas en irte a casa?—pregunto el español

—Que va, si estoy esperando a que Cristiano salga del baño—respondio despreocupado

—¿Cristiano? Lo ví salir hace más de media hora—dijo el alemán con un tono bastante ebrio, eso palideció al francés que huyó despavorido de ahí

En el mesón de la cocina reposaba el culé mientras abrazaba al merengue que dejaba tiernas marcas y chupones en su cuello. Las manos inquietas del latino ardían sobre la espalda del europeo, se movían sin control intentando arrancar la camiseta de seda.
Sus labios dejaban un camino de besos por todo su abdomen hasta clavar sus caninos en el hueso pélvico, su rostro se sonrojo cuando sintió el elástico de sus boxers ser tironeados.

Benzema corría con prisas a la casa del delantero blaugrana. No sé olvida de la última conversación que tuvo con Cristiano en la noche

—Alguien debería darle una lección a Lionel, vandalizare su casa o quemaré su jardín—hablo molesto el portugués mientras el francés simplemente lo escuchaba con una sonrisa de borracho

El chapoteo de los cuerpos junto al calor que empezaba a emanar la situación volvian irresistibles los gemidos del castaño, Cristiano penetraba violentamente sus paredes mientras sus manos descansaban en la fina cintura del culé.
Su teléfono comenzó a vibrar

—¿Quien es?—pregunto el más alto sin perder el ritmo de sus estocadas

—Mgh, parece que es ¿Karim?—respondio entregándole su telefono

—¿Benzema? ¿Que demonios pasa?

—Oye hermano, lo que sea que estés haciendo ahora, creeme que no es buena idea, no vale la pena

—¿De que hablas?

—Ya sabes... Lo que dijiste de vandalizar la casa de Messi

—Dejalo, encontré algo mejor que hacer—sonrio ladino azotando una de las nalgas del argentino
...
Fin

𝐒𝐈𝐓𝐔𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒 𝐂𝐑𝐈𝐒𝐓𝐄𝐒𝐒𝐈 𝐖𝐄𝐄𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora