Cartas a James

Por favor, no seas el

Me levanté de la cama, era por la mañana, no había sol, aquí nunca había sol, nunca salió, lo extraño, siempre lo extraño, algo que lo pienso extrañar a alguien es como extrañar a alguien es como respirar. Fui al baño y me lave la cara y salí, voy a la cocina y hago el desayuno, me senté en la mesa y empecé a comer.

Siempre es tan extraño y monótono todo, siempre igual.

Miró hacia la ventana, las hojas se mueven de un lado a otro, sin parar, en un minúsculo momento percibo una sombra, una sombra que se va acercando, no para, siempre acercándose. Por favor no seas el, que no me haya encontrado por favor, te lo suplico que no me haya encontrado por favor.

En un rápido movimiento me levanto de la mesa y subo corriendo las escaleras y cojo mi cuaderno, vuelvo a bajar por las escaleras y salgo corriendo por la puerta del sótano, empiezo a buscar una salida y encuentro una ventana, así que voy hacia ella y salgo dificultosamente, me tropiezo al salir pero me levanto y sigo corriendo hacia el bosque, hace viento y yo voy en un liguero camison para dormir.