...La Causa...

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"Mi querida Flor,

de blancos pétalos;

por la falta de tu amor,

hoy este amargo verso te escribo yo"


...

-Bullicio se escuchaba tras el cristal de una ventana de un despacho ya que dentro del mismo solo había silencio de parte del serio hombre trabajando dentro, con el ceño fruncido pasaba su vista entre documento tras documento, tal cual si estuviera atrapado en un bucle infinito de un trabajo sin sentido, de todas formas él mismo se enfrascaba ahí, como el CEO de la empresa solo ese trabajo parecía importante para el, incluso tal vez más importante que su mujer.

-Elizabeth Maine, su esposa, una joven rubia y de tez blanca de irises azules, casada con él, Ethan O'Donohue, un hombre blanco promedio, brusco y tosco para el parecer de muchos, de ojos tan oscuros como su cabello o tal vez como su alma. Ambos eran prácticamente opuestos pero qué podías esperar de un matrimonio arreglado, simplemente cambiaron la belleza de la chica por los millones de él, un trato beneficioso solamente para los tutores, los Maine conseguían capital y los O'Donohue nietos con las cualidades estéticas de la joven Elizabeth, ambas partes solamente enfrascadas en los beneficios.

-Al principio, Ethan no era tan indiferente hacia Elizabeth, al menos consideraba su presencia, pero claro, con el paso del tiempo eso claramente se esfumó (Como el amor de Piqué por Shakira, ok no). Ethan se envolvió más y más en los documentos de su trabajo, dejándola a ella completamente de lado, e incluso tratandola mal, pronto la madre de Ethan también empezó a maltratarla, llamándola de formas inimaginables por no haber quedado embarazada aún, culpandola por aún no tener nietos, hasta claro, que la señora estiró la pata, al menos de eso se libraba, sus propios padres, pronto para ella dejaron de ser relevantes, ya la habían vendido y con el dinero que tenían se habían ido sin pensar si ella era feliz.

-Una mañana, intentando ser relevante para su esposo y tal vez quizá en su propia casa, subía las escaleras con una taza del café que él bebía compulsivamente, con una tonta sonrisa por el pequeño objeto que quería mostrarle, mismo que guardó en su bolsillo para más luego. 

-Entró en silencio a aquella oficina, empujando con extrema suavidad aquella puerta, divisando a su marido como de costumbre hundido en sus papeles, decidió no decir nada y aproximarse al escritorio, iba a dejarle la taza a un lado sin hablarle sin embargo no fue capaz ya que su mano se dobló y terminó volcando la taza en todos sus documentos.

=Pero qué carajos crees que haces, mujer!?

-Gritó Ethan con brusquedad, levantándose enseguida de su silla y viendo con furia el café derramado en su escritorio justo antes de llevar toda su ira hacia Elizabeth.

=Y-Yo...lo lamento...n-no era mi i-intención...

=No, claro que no. Eres tan jodidamente inútil!! Sal de mi puta vista!!

-Sus inmedibles gritos causaron lágrimas y miedo en Elizabeth, la cual se dio media vuelta y salió corriendo de la oficina con un portazo. Ethan miró sus papeles con rabia antes de dirigir su mirada a la puerta, sus ojos se suavizaron un poco al recordar la visión de Elizabeth empezando a llorar pero sacudió la cabeza y despejó el pensamiento enseguida, no tenía tiempo para darle compasión, necesitaba apresurarse para salvar la mayor cantidad de sus documentos.

-Luego de eso no volvió a tener interacción con la chica en todo el día, lo cual se le hacía raro a Ethan, normalmente ella pasaría el día entero intentando disculparse o compensar lo que haya hecho, extrañamente hoy decidió dejarlo completamente solo, era irónico que le incomodara más estar completamente en silencio que escucharla disculparse, de alguna forma lo hacía sentirse miserable, claramente también porque lo merecía, tampoco le daba el mejor de los tratos, aún así no estaba preparado y tampoco se esperaba lo que se venía.





Hi Gente!!

Ya sé, Lady Tiesa...

No es mi culpa...es del gobierno...

Igual estoy intentando mantenerme activa otra vez, ok?

Da igual, otro capitulo mañana

BYE!

~Margarita Marchita~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora