Capitulo 1

11 4 1
                                    

Las paredes son como tambores que le dan un ritmo constante y una base solida al salón que es iluminada por grandes ventanas dejando ver el campus y la gente que merodea en el, creando momentos de brillantes y de sorpresa. Los pupitres son instrumentos de viento que ha mi lado son tocados por Emma y Sofía con una mirada expectante en busca de una respuesta a lo sucedido en el pasillo con el tal desconocido de azul mirada.

Comienzo describiendo ―Apareció de la nada, iba distraída mirando el mensaje que Sofía había enviado.―aclare― tenía cabello rubio y ojos azules, alto y con una presencia misteriosa― giro mi cabeza hacia ambas chicas para verlas con una expresión de confusión y desconocimiento que yacía en sus rostros 

El desconocido rubio de azul mirada verdaderamente apareció de la nada, su presencia fue como un golpe que capturo mi atención, como un solo de guitarra eléctrica inesperado e impactante, rompiendo con la "armonía del pasillo" y dejando un eco de curiosidad y misterio <<¿Quién era el?>>. su mirada era como un crescendo que aumenta la intensidad del momento, mientras que su expresión era como un ACORDE PERFECTO que armonizaba todo lo demás. Al igual que una estrella de rock su presencia era impredecible y emocionante. Las dos amigas se sintieron intrigadas y curiosas por saber quien era ese chico  que parecía tener algo oculto detrás de sus ojos azules. La tensión en el aire era palpable, el solo se limitó a sonreír y desaparecer tan repentinamente como había aparecido, dejándome atónita y con mas preguntas que respuestas. Emma y Sofía se miraron entre sí, como si ambas pensaran lo mismo "¿quien era ese chico?"

―¿alguna vez lo viste antes?― cuestiono Sofia, a lo que Emma contesto con otra pregunta.―según he escuchado es un estudiante nuevo que también cursa con nosotras, pero ¿Quién se cambiaría al último año de su carrera?

―No lo se, pero si fue bastante raro―respondo, aún muy confundida, para luego posicionar la vista hacia la pizarra.

 Donde mi profesor favorito, el Dr. Julián Blackwood era el solista de aquel escenario, El es uno de los profesores mas populares de la universidad conocido por sus clases dinámicas y su capacidad para hacer que los estudiantes se sientan a gusto. su voz es como un instrumento de cuerda, suave y melodioso, me gusta como se apasiona al hablar de los clásicos. 

Se encontraba recitando alguna clase de literatura inglesa en el aula, la verdad no sabia cual, el siempre lograba captar mi atención, pero esta vez mi mente seguía vagando hacia el chico de cabello despeinado y ojos azules, me pregunto quien será y que lo trae a esta universidad, y si volveré a verlo pronto, poco a poco mi melodía se sentía mas atraída a descubrir la suya.

―Bien chicos, la clase ha concluido.― Blackwood mira hacia sus apuntes para recogerlos.―Espero que hayan reflexionado sobre los temas abordados y recuerden, el conocimiento es una responsabilidad que deben utilizar para hacer una diferencia en el mundo. No solo para su propio beneficio, sino para el bienestar de los demás.― El profesor mira a los estudiantes con seriedad y expectativa, esperando que hayan comprendido la importancia de lo que han aprendido y que lo apliquen en su vida. La atmósfera es más formal y reflexiva, y los estudiantes salen del aula, nosotras somos las ultimas en salir. Mi siguiente clase era música pero ellas cursan otra diferente, así que me despido de ellas para buscar las partituras en mi casillero.

―nos vemos, hasta la clase de pintura― me giro y pongo en marcha mi caminata hacia el pasillo.

Esta de mas aclarar que musica es una de mis clases favoritas, mi mente ya estaba allí pensando en como las notas bailarían en el aire y en como cada acorde evoca una emoción diferente, pero nada me había preparado para lo que estaba apunto de escuchar. Al acercarme al salón de música una melodía suave y emotiva me detuvo en seco. Una guitarra sonando con una pasión que podría erizar la piel de cualquiera. Me acerqué sigilosamente y me asome por el marco de la puerta. Allí estaba él, un chico con cabello despeinado y ojos azules que parecía ver mas allá de la notas que tocaba. 

Amelie: Acordes del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora