Capitulo 37: Nuevos Cambios, Giros Inesperados

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MIA

Pasa una hora desde que Nora llegó a mis brazos. Mi frente sigue cubierta de sudor, y mi cabello está recogido en un chongo bajo. Estoy exhausta, pero me niego a soltar a mi pequeña. Además, estoy esperando ansiosamente a que Alessandro llegue. Dylan ha estado sentado al lado de la cama, cuidando de nosotras. Observa a su pequeña sobrina dormida en mis brazos y me dice que Nora tiene el cabello negro como Alessandro y también sus facciones del rostro. Es idéntica a su padre.

               Mira, tiene la misma nariz que Alessandro dice Dylan, sonriendo mientras acaricia suavemente la diminuta manita de Nora.

De repente, la puerta de la habitación se abre. Veo a Alessandro entrar, su expresión llena de preocupación. Sin embargo, su rostro se suaviza al verme a mí y a nuestra hija en vuelta en una manta rosa mientras la sostengo. Dylan se pone de pie, sonríe a su hermano y le da un abrazo para felicitarlo.

               Felicidades, hermano. Ella es perfecta le dice Dylan antes de salir de la habitación para darnos privacidad.

Miro a Alessandro, que está completamente congelado a los pies de la cama. Su rostro muestra una mezcla de shock y miedo. Le sonrío y le digo:

               Ven, amor. Acércate para que puedas conocer a tu hija.

Alessandro se acerca lentamente, sus ojos fijos en el rostro de nuestra pequeña. Le digo a Nora que papá ya ha llegado, y veo cómo los ojos de Alessandro se llenan de lágrimas mientras estira su mano para acariciar la mejilla de nuestra hija.

               Hola, pequeña —susurra Alessandro con la voz temblorosa, la emoción evidente en cada palabra.

Él se inclina para darme un beso en los labios.

              Lo siento tanto por no llegar a tiempo, Mia. Tuve problemas en conseguir un vuelo, pero hiciste un gran trabajo sin mi. Estoy tan orgulloso de ti dice, sus ojos brillando con lágrimas contenidas.

Le sonrío y le insisto para que cargue a su hija.

               Vamos, Alessandro. Ella te está esperando.

Alessandro se sienta cuidadosamente en la cama y, con mis instrucciones, toma a Nora en sus brazos. Su expresión cambia a una mezcla de asombro y amor puro mientras mira a nuestra pequeña.

               Es tan pequeña y perfecta murmura, apenas creyendo que esta pequeña vida es su hija.

Observo cómo Alessandro sostiene a Nora con ternura, su gran mano pareciendo aún más grande en contraste con la pequeñez de nuestra hija. Nora abre sus ojos por un momento, mirando a su padre por primera vez. Alessandro se ríe suavemente, sus lágrimas finalmente cayendo.

               Mira, Mia, creo que me reconoció dice, su voz llena de felicidad y amor.

               Claro que sí, te ha estado esperando también respondo, sintiendo una oleada de amor por ambos.

Después de un rato, Alessandro me devuelve a Nora y se sienta a mi lado en la cama, pasando un brazo alrededor de mis hombros.

               Tenemos una hermosa familia dice, besando mi cabeza.

               Sí, la tenemos. Estoy tan feliz de que estés aquí le respondo, apoyándome en él.

Pasamos el resto de la noche juntos, maravillados por la presencia de nuestra hija. Alessandro no deja de mirarla, encantado con cada pequeño movimiento que hace. Nos turnamos para sostenerla, ambos inmersos en el amor y la alegría de ser padres.

La Sombra Del AnilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora