Eileen Crouch jamás había pensado en la posibilidad de tan siquiera tener una familia, menos con quien menos lo había esperado.
Su hermano menor siempre le decía que él iba a protegerla de cualquier hombre que se atreviera a tan solo mirarla, pero...
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AMBOS REÍAN, SE SENTÍA COMO EN LOS VIEJOS Y buenos tiempos en los que nunca se separaban e iban a todos lados en compañía del otro.
A lo lejos de ambos amigos se vio una pelirroja que los miró y cambió de dirección al ver a cierto chico que nunca se cansaba de sus rechazos.
— Mi bella Lily-flor. Es tan linda — Eileen pudo jurar que en sus ojos se pudieron ver corazones si es que eso puede ser posible.
— Sabes deberías salir con otras personas — dijo ella, él la miró — mira no lo digo a mal pero has estado detrás de Evans durante años y en ningún momento te ha dicho que si.
《 Solo trata de salir con nuevas personas, quien sabe, tal vez encuentres a alguien que de verdad merezca tu corazón. 》
— Bien, tratare. — dijo él — ¿Y qué hay de ti? ¿Alguien especial? — preguntó mirándola, ella no supo que cara puso porque James se hechó a reír.
— Nadie en absoluto — contestó.
— Ay vamos, Eileen. No puedes mentirme, se que no nos hablamos durante años, pero te conozco. — le sonrió, la Crouch lo pensó, no sabía si sería buena idea decirle que su mejor amigo y ella tendrían un bebé.
— ¿Prometes no decirle a nadie sobre esto? — preguntó ella, él la miró confundido pero asintió. Eileen lo arrastró hasta un salón vacío y se aseguró de que no hubiera nadie cerca.
— ¿Tan malo es, que tienes que vigilar? — preguntó divertido.
— Estoy embarazada — su sonrisa se borró, su mirada se veía asombrada. — y Sirius es el padre. — ahora se veía molesto, frunció el ceño, apretó la mandíbula y los puños haciendo que sus nudillos se volvieran blancos.
Ahora entendía porque Eileen quería irse cuando Sirius le preguntó quién era, cómo podía tener un amigo tan imbécil como para no recordar a una chica que en teoría es inolvidable.
Porque sí, Eileen Crouch era inolvidable, su sonrisa era encantadora, y tenía una gran pasión por los libros, además de que alguna vez de pequeña le dijo al Potter que llegaría a ser una escritora algún día.
— Sirius aún no lo sabe, Regulus y Barty lo saben, pero solo ellos y ahora tú, por favor deja que encuentre el momento para decírselo. — le pidió la chica casi siendo una súplica.
Él suspiró. — Te daré el tiempo que quieras, Eileen. Pero si él es un idiota contigo ten por seguro que voy a golpearlo. — le advirtió, ella lo abrazó y se sintió segura en los brazos del Potter.
