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Silencio. Sus miradas no conectaban, no. Ella miraba a otra dirección, moviendo sutilmente sus manos detrás de su espalda, jugando con sus propios dedos. su vista clavada a uno de los tantos y molestos cuadros de la oficina de su ahora jefe.

Él por su parte, la analizaba de pies a cabeza. Centrando su punto de vista únicamente en su rostro tras un largo tiempo de analizarla. Consideraba y estaba de acuerdo en el estilo de su uniforme, la forma en como encajaba perfectamente sobre su cuerpo, en cada curva; en la forma de su sutil y útil peinado, su ligero maquillaje.

¿Cómo debía llamarlo?¿Debía ser formal?¿Sukuna?¿Señor?¿Jefe?¿Ryomen?¿Itadori Mayor?¿El tío del chico alegre? Su mente divagaba constantemente, no quería mirarlo. Mucho menos moverse de su lugar por más que sus pies temblaran al permanecer sin moverse por más de cinco minutos, sentía que si caminaba sí tan sólo hacia un pequeño movimiento; Sukuna la mataría.

Tragó saliva, una fuerte bocanada de valor infló su pecho y para su mal gusto, cuestionó — ¿Cómo... Debería llamarte?— Detestaba tutear a alguien mayor, detestaba tener que hablar de un “ Tú” cuando ni siquiera lo conocía para hacerlo.

Su lengua carcomia al tan solo decirlo, su mueca de disgusto fue confusa para el varón de cabellera pelirosa ¿Estaba disgustada?¿Por él? Era difícil entenderlo cuando no se hablaba con claridad.

Sukuna se cruzó de brazos, recargó su cuerpo sobre su asiento y sin ninguna pena; subió sus pies sobre su escritorio. Le importaba una mierda los papeles en blanco que tenía bajo sus zapatos, no escribiría ni firmaría una mierda.

La miró de nuevo, esa forma tan penetrante que la hacía sentirse pequeña. La forma en como sus ojos carmín la perforaban con intenciones de  tener su vista sobre él. Lo hizo, ambos conectaron miradas.

No debía mostrarse débil, No lo era. Se suponía que su semblante, su actitud; todo en ella era firme. Sus expresiones eran insensibles e indiferentes, no importaba si había visto todo de él, si habían pasado una simple noche juntos;¿Que le estaba pasando? No era nadie importante.
El brillo en sus ojos se desvaneció, el color de sus hermosos ojos se vieron opacos, su rostro se relajó.

— ¿Y bien? — Cuestionó con un tono de voz sereno, tranquilo. ¿A dónde se había ido ese tono dulce y tímido? Sukuna arrugó ligeramente su entrecejo; confundido.

¿Que clase de falta de respeto era esa?¿Acaso se estaba igualando a él? Por esta vez, decidió ignorarlo y responder.
— Sukuna — Firme.

— Bien... Sukuna-sama. — ¿Por qué sonó tan llamativa? T/N realizó una suave y corta reverencia, afirmó con sus palabras su próximo desempeño y responsabilidad en su trabajo. — Espero llevarnos bien, y que mis servicios sean de su Agrado —  comentó tras volver a su postura firme inicial. — Si me disculpa, tengo que retirarme.

Nuevamente; silencio. Sus miradas se desafiaron entre sí esperando una respuesta del otro. ¿Que estaba pasando?  Yuuji se preguntaba atento al ser un espectador de la situación; el sonido de sus frituras siendo trituradas por sus dientes resonó en la silenciosa habitación.
Como una película de terror,ambos adultos lo miraron como si se trataran de muñecas poseídas.

¿Cuánto tiempo había estado ahí? Prácticamente desde que la rubia había ingresado a la habitación para presentarse, permanecía sentado en una esquina cerca del escritorio de su familiar; con la parte trasera de su asiento pegado a la pared.

Sus piernas estaban cruzadas, sus pies estaban sobre el cojín del mismo lugar; sorprendentemente su silencio había sido su mejor arma para mirar con detenimiento el comportamiento extraño de ambos adultos.
¿Sukuna siendo paciente y tranquilo con una mujer?¿Hablando como si la conociera desde hace muchos años? ¿Por qué las miradas tan tensas y fijas entre sí?¿Era el único que sentía el ambiente incómodo?¿Cierto? .

R Y O M E N [ Ryomen Sukuna x F!Lectora ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora